Jugando con las tarifas del agua
En Alicante y Murcia se está gestando un conflicto institucional en torno a los precios del agua potable. La Mancomunidad de los Canales del Taibilla (MCT), entidad dependiente del Ministerio de Medio Ambiente que abastece a la mayor parte de estas provincias, ha aprobado una subida de tarifas del 23,5%. La justificación que esgrime la MCT para una subida tan notable es la entrada en servicio de la desaladora de Agua Amarga, en Alicante, que produce un agua "muy cara". Casualmente, esta subida se produce en un momento en el que el partido gobernante tiene gran interés en demostrar que las desaladoras "no son la solución" de los problemas de agua de Alicante y Murcia, y que lo que necesitan ambas provincias es un buen trasvase..., el del Ebro. En estas condiciones, y dado el historial de manejos hidráulicos que acumula ya el Partido Popular, vale la pena indagar en este episodio, para ver lo que se esconde detrás.
La MCT llevaba sin subir las tarifas del agua desde 1996, año en el que estableció un precio de 42,1 pesetas/m3, equivalentes a 0,253 euros/m3. Debido a las lógicas subidas de los costes, hace ya varios años que la MCT estaba en situación deficitaria, según han reconocido fuentes de la propia entidad. Y sin embargo, en lugar de haber ido aplicando sucesivos ajustes de tarifas año a año, conforme los costes se iban elevando, la MCT ha acumulado toda la subida de una sola vez, y la ha aplicado justamente coincidiendo con la entrada en servicio de la desaladora de Agua Amarga.
Un pequeño ejercicio contable puede clarificar la situación. Si se aplica al precio de 1996 el índice del coste de la vida de los siete años transcurridos desde entonces, se obtiene un precio actualizado de 0,310 euros/m3. Cualquier lector lo puede comprobar bajándose el IPC de la página web del Instituto Nacional de Estadística (www.ine.es). Pues bien, el nuevo precio que pretende aplicar la MCT es de 0,311 euros/m3, esto es, prácticamente el mismo. O sea que si la MCT hubiera ido subiendo los precios año a año en función del IPC, no se hubiera generado ningún conflicto, ni ahora ni en ningún año anterior. Pero claro, sólo faltaba que la entrada en servicio de la desaladora, que tiene encantada a la población de Alicante porque ha mejorado la calidad del agua, y ha aumentado la garantía, encima no se hubiera notado en el bolsillo. Más de uno podía comprender que lo del trasvase es un atraso y que para tener agua buena y segura, en este siglo hay que mirar al mar. Eso es justamente lo que menos necesita el Ministerio de Medio Ambiente en estos momentos.
¿Cuál ha sido de verdad el impacto de la desaladora en las cuentas de la MCT? Cualquier lector lo puede calcular fácilmente. La MCT distribuye unos 200 millones de metros cúbicos de agua con un coste unitario que ronda los 0,30 euros/m3, si se actualizan todos los costes de transporte, tratamiento, etc. El incremento de costes por la desaladora afecta sólo a los 18 millones de metros cúbicos sustituidos por agua desalada, que pasarían a costar, si la planta estuviera bien gestionada, unos 0,39 euros/m3, pues ése es, por ejemplo, el precio que se paga en la desaladora de Blanes, gestionada por la Agencia Catalana del Agua. El agua desalada no tiene apenas costes de transporte, pues se consume en el mismo Alicante y en la vecina Elche, ni de tratamiento, pues sale ya potable de la planta, con un sencillo acondicionamiento. La cuenta es fácil de hacer, y sale menos de 1 céntimo de euro. O sea que si la MCT hubiera tenido sus precios actualizados, como era su obligación, y gestionase correctamente la desaladora, la subida del agua a aplicar este año hubiera sido del 2,7%, en vez del 23,5% que ahora se quiere aplicar. Cosas del Ministerio de Medio Ambiente y sus trasvases.
Antonio Estevan es consultor ambiental y miembro de la Fundación Nueva Cultura del Agua.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.