"Las mejores gentes de África vienen en barcas y mueren en el Estrecho"
Ginés Liébana (Torredonjimeno, Jaén, 1921) asegura que está "de vuelta de todo". Eso le permite opinar despotricando del arte abstracto o del arte en general y reírse de todo. Octogenario según su DNI, desprende una energía inusual para su edad, que ha cristalizado en su último libro La travesía de la humedad (Ánfora Nova-Cajasur). Liébana no es persona de crear desde la reclusión, repudia la soledad, y su casa de Madrid parece una central cultural en la que se rodea de jóvenes quizás convencido de compartir un espíritu inquieto común.
Pregunta. ¿Qué es la travesía de la humedad?
Respuesta Qué va a ser, el amor.
P. ¿El amor siempre es placentero?
R. Eso es lo de menos, el amor es el amor. Pero a veces, si no es placentero, es mucho más interesante porque tiene una lucha o un motivo existencial.
"Solamente viviendo se es artista, si uno no vive no es artista ni nada"
P. ¿Usted es pintor o poeta?
R. Yo soy pintor, casi todos los poetas son pintores. La poesía nos la descubrió el cine en los años veinte, cuando éramos niños. Ver juntos el paisaje, el diálogo, el sonido, ahí se confunde la poesía con la pintura. Vosotros que sois más jóvenes véis el cine ya muy trillado y muy feo, pero al principio no importaba que la película fuera muy puritana, tenía algo mágico.
P. ¿Ya no tiene ese halo?
R. Ahora son muy aburridas y el amor que se hace en las películas no tiene contenido. Los jóvenes no sabéis lo que es amar, en las películas se hace ahora un amor en el que ya no interesa el beso. Antes sí tenía una aureola, pero desde que se empezó con el morreo se acabó la poesía del beso, que antes era una liturgia del amor.
P. Usted se ríe de todo, ¿El humor nunca se acaba?
R. El humor no se acaba nunca, en él está todo lo más profundo. Pero la gente de ahora, que hasta los obreros tienen dinero, ha olvidado el humor. El humor es cosa de pobres, la pobreza es muy elegante.
P. ¿No se puede vivir sin humor?
R. No se puede vivir sin sentir. Hay gente que vive sin humor. Lo interesante es tener un conflicto, un lujo.
P. ¿Hay algo que no le dé risa?
R. Las mejores gentes de África vienen en barcas y mueren en el Estrecho. Eso sí que es serio, ahí no me río. Son los valientes que se podían quedar para hacer algo en su país pero quieren arriesgar.
P. ¿Por qué se fue de España?
R. Yo me fui como exiliado alegre. Entonces todo el mundo estaba muy triste por la dictadura. Yo quería vivir, a mi me importaba la dictadura y el arte y todo, pero lo que quería era vivir y lo conseguí, a cuerpo de rey.
P. ¿Entonces vivir está antes que ser artista?
R. Sí. Tú le preguntas a Leonardo "¿Qué prefiere usted pintar La Gioconda o vivir?". Y contesta en seguida que vivir. Solamente viviendo se es artista, si uno no vive no es artista ni nada.
P. ¿Ahora mismo los artistas saben vivir?
R. Ahora hay cada vaina que se la da de artista... Yo no me enfado, me parece un espectáculo divertido, a mí lo que más me gusta es el mal gusto, si no existiera seríamos muy desgraciados. Pintar dos manchas y decir que eso es arte y que es la corporalidad del infinito o las angustias del hombre actual. Fíjate que el hombre actual cada vez está más gordo, más colorado y más sinvergüenza.
P. No le gusta demasiado el arte abstracto.
R. Es una engañifa como un piano. No me ofendo, me gusta mucho porque cuando hay esa mediocridad, yo soy un genio y antes era un hortera. Hay quien colecciona sábanas para hacer cuadros. Eso estará muy bien en Dinamarca, pero no en Córdoba, ni en España.
P. ¿Ahora todo está mal?
R. La música de Nueva Orleáns con los negros, el jazzband y el blues, eso era fantástico. ¿Qué ha pasado ahora? La música del chimpum chimpum es una horterada y el baile sumiso con la cabeza diciendo todos que sí. El arte está muy mal, la arquitectura, la música... Es la auténtica decadencia que deberían recuperar los jóvenes.
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