Aloisi avergüenza al Celta

El técnico Javier Aguirre no se cansa de decir que Osasuna es el equipo de la Liga que mejor juego despliega. Ayer no pudo demostrarlo debido a errores propios y, sobre todo ajenos, puesto que el Celta huye del buen fútbol como de la peste. Sin Mostovoi, los de Vigo son un muñeco roto con el que todos pueden disfrutar.

El laboratorio de Lotina se repite hasta el infinito, por lo que es normal que sus rivales conozcan de memoria el despliegue del entrenador de los gallegos, ramplón y horizontal hasta que las apreturas les obligan a volcarse arriba precipitadamente.

Los navarros no necesitaron ayer de sus mejores futbolistas para ganar el partido. Valdo y Bakayoko delegaron en Aloisi, inédito durante la presente temporada, y que se exhibió con un recital de olfato goleador y servicio a sus compañeros. Primero, con un perfecto cabezazo, después con un tiro raso por la izquierda y, para finalizar, con un pase interior a Bakayoko que el marfileño se encargó de materializar. No hizo falta más para demostrar las carencias de una zaga celeste que necesita de Cáceres para evitar situaciones vergonzosas.

Los tres goles rojillos llegaron por el centro de la defensa, especialmente dos espectaculares contragolpes que finalizaron en sendos goles. Poco pudieron hacer los voluntariosos futbolistas del Celta, aplicados pero carentes de mordiente ofensiva y de orden atrás. Lotina se diluye en sus propios métodos futbolísticos. Si su eterna apuesta por la defensa deja de funcionar, el conjunto cae en la mediocridad y se marcha del encuentro con la cabeza gacha.

Para Lotina tiene que ser muy duro volver a Pamplona, donde durante tres temporadas dejó su sello personal, y toparse con un equipo con la excelencia por bandera. Sólo la camiseta emparenta las dos versiones antitéticas que propugnan Aguirre y Lotina. El Sadar asistió a una nueva victoria de Menotti sobre Bilardo.

Y es que mucho va a tener que apretar el Celta si esta semana pretende plantar cara al Milan. Las rotaciones del equipo limitan mucho su calidad y los navarros dieron buena cuenta de esta ventaja. Con detallitos y solvencia, como el que pasaba por ahí, desarbolaron las intenciones de los gallegos, que no perdían en Pamplona desde hace más de una década. Si con el Madrid el juego de los navarros fue brillante, ayer fue efectivo y notable, sin alardes pero con el mismo alto nivel exhibido durante la temporada. Sólo les faltó un poco de concentración en los minutos finales, cuando Catanha logró redimirse de su periplo de once meses por el desierto.