El gran orgullo de los 'aussies'
Los australianos, felices por la reconquista de su trofeo más querido
"Su sentimiento por la Copa Davis es muy fuerte". Lo dice Andrés Gimeno, de 66 años, el español que mejor conoce a los jugadores australianos porque convivió con ellos durante ocho años, entre 1960 y 1968, durante su etapa como tenista profesional. Ahora, comentarias de TVE, mantiene una gran amistad con Rod Laver, Ken Rosewall, Neil Fraser y Fred Stolle. La mayoría de ellos le veneran. Eso es algo que ha quedado patente esta semana en Melbourne. "Todos", afirma, "lamentaban no poder jugar la Davis, por encima de cualquier otro torneo, mientras fueron profesionales". No les importaba tanto no poder almacenar más títulos de Wimbledon, Roland Garros, Australia y Estados Unidos como no acariciar más la ensaladera.
Es un sentimiento compartido por toda una nación que se siente orgullosa de sus tenistas y que vive la Davis con la misma intensidad con la que sigue las victorias de su equipo de rugby o de su estrella de la natación, Ian Thorpe. "Para mí", decía el pasado sábado el ex jugador Pat Cash, que ganó la ensaladera en 1983 y 1986, "fue mucho más importante dar a mi país la Davis por dos veces que ganar en Wimbledon. No tengo duda".
La primera intervención de Australia en la Davis se remonta a 1905, cuando esta competición era cosa de Estados Unidos y Gran Bretaña. Pero, a lo largo de la historia, se ha consolidado como el segundo que más veces ha ganado el trofeo: ayer consiguió su 28º título en 46 finales disputadas. Estados Unidos sigue dominando con 31 victorias.
Quince mil espectadores llenaron las gradas de la pista Rod Laver en los tres días de la competición. John Howard, primer ministro de Australia, acudió ayer a Melbourne para apoyar al equipo y encabezar el minuto de silencio por las siete víctimas españolas en Irak.
"Creo que ha sido una final entre dos países que quieren al tenis", comentó John Fitzgerald, el capìtán aussie, por los altavoces; "para mí, son los equipos más fuertes del mundo; dos formaciones con carácter, pero que respetan al rival. Creo que éste debe ser el espíritu con el que ha de jugarse esta competición".
Cuando Australia perdió en la primera ronda de 2002 contra Argentina, los jugadores y el capitán hicieron un juramento para mantener la categoría y ganar la ensaladera en 2003. "Fue un momento muy duro. Pero todos queríamos recuperar el orgullo. He sacrificado muchas cosas por la Davis", reconoce Hewitt; "pero el momento en el que he recogido el trofeo me ha compensado por todo". "Nada en mi carrera ha sido más grande", proclama Philippoussis.
"John", le preguntaron a Fitzgerald en la conferencia de prensa, "¿cree que España puede ganar en hierba?": "Aquí no ha estado muy lejos de hacerlo ante expertos como nosotros. Seguro que puede". Y, en un último reconocimiento, agregó: "Para nosotros, ha sido un privilegio jugar contra ellos".
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