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Las 22 familias desalojadas por la explosión de gas ignoran cuándo volverán a casa

Mientras no haya garantías de que la estructura del edificio no ha resultado dañada, las 22 familias del bloque número 10 de la avenida de Paraires de Sabadell no podrán volver a sus casas. Acabados los trabajos de limpieza, ayer las grúas terminaeon de retirar los escombros producidos por la explosión de gas que el sábado provocó la muerte de una persona. Ahora serán los arquitectos y peritos de las compañías de seguros los que determinen si la estructura del edificio ha sido dañada. El presidente de la comunidad de vecinos, Carlos Cid, aseguró que no volverán hasta que les "garanticen que la estructura es segura y no hay peligro".

Los afectados se alojan en el Hotel Verdi de Sabadell y también en casas de familiares desde el pasado sábado, cuando una explosión destrozó completamente el octavo primera del bloque, causando la muerte de su arrendatario, Francisco Moreno, de 69 años.

Manipulación

La explosión, que arrancó las ventanas del patio interior de varios pisos, la originó, según la empresa Gas Natural, "una manipulación voluntaria de la conducción de gas". Moreno había desconectado la salida de gas que había en la cocina sustituyéndola por una manga de agua que llevaba al dormitorio. La policía investiga si se trató de una imprudencia o de un suicidio.

Los vecinos han decidido poer una denuncia conjunta y otras 22 individuales en la comisaría. Desde lo sucedido, los afectados han tenido varias reuniones; "para movilizarnos y actuar de forma conjunta", asegura Cid. A partir de hoy las compañías de seguros harán una valoración de los daños, pero lo que aún está por determinar es si la estructura ofrece garantías.

El edificio fue construido en la década de 1970, cuando no estaba generalizado el uso del hormigón, y tiene una estructura mixta de paredes maestras, vigas y pilares, cuya estabilidad aún no está garantizada por los arquitectos que realizan el peritaje.

La explosión pudo oírse desde distintos puntos de la ciudad, pero pese a su espectacularidad tan sólo hubo que lamentar la muerte de Moreno. Ninguno de los vecinos resultó herido. A la mayoría les pillo durmiendo.

Moreno vivía solo y apenas se relacionaba con nadie. Apenas salía de casa para comprar comida y la mayoría de los vecinos no lo conocían. Había recibido varias quejas porque dormía con la radio encendida a todo volumen. Uno de los vecinos que le fue a ver para pedirle que bajara el volumen explicaba el sábado: "Me entreabrió la puerta y me dijo que lo sentía pero que se tomaba pastillas y se dormía antes de poder apagarla".

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