La Caja de Jaén planea participar en un grupo inmobiliario y de servicios

La Caja de Jaén ha cerrado su acuerdo programático de gobierno coincidiendo con el final del proceso de adecuación de estatutos y reglamento a la Ley Financiera. La entidad afronta ahora su futuro más inmediato en torno a dos ejes básicos: su plan estratégico y el llamado Proyecto XXI. Una de las actuaciones previstas es su participación en un grupo de empresas, preferentemente del sector inmobiliario pero también de servicios.

Su presidente, José Antonio Arcos Moya, ha destacado el consenso que inspira la línea de trabajo de la caja, que tenía previsto cerrar este ejercicio con un aumento del 15% en la inversión crediticia y de los recursos ajenos entre un 18% y un 20%.

La Caja de Jaén se encuentra ya operando en el mercado de capitales a través de la emisión de cédulas hipotecarias, y ahora pretende ampliar su presencia con cédulas subordinadas. Los responsables de la caja jiennense justifican esta medida en la expansión de la entidad y en la necesidad de buscar mayores recursos. "Nos permitirá dar mejores servicios y participar en los proyectos estratégicos de la provincia", señaló Arcos Moya, en una comparecencia el jueves por la noche.

De igual modo, a través de la Federación Andaluza de Cajas de Ahorro (FACA), la entidad jiennense participa en algunos proyectos comerciales conjuntos como el establecimiento de un almacén de compras, el transporte de fondos y otros proyectos estratégicos en Andalucía. Esa línea de colaboración con otras cajas andaluzas parece suficiente, por ahora, para que la Caja de Jaén no se plantee ninguna fusión a corto y medio plazo. "En estos momentos ese tema no se aborda, si en el futuro la cooperación resulta insuficiente ya se verá", dijo sobre este tema Arcos Moya.

La mejora en el control del riesgo, la reducción de la morosidad y el impulso de los criterios de calidad y de excelencia son otros objetivos marcados que se ha marcado el consejo de administración. Para ello, el presidente destaca el alto nivel de consenso alcanzado en la confección del acuerdo programático de gobierno y que él achaca a la participación que han tenido todos los sectores representados. Como ejemplo de ello destaca la decisión de la entidad de dejar en manos de los grupos minoritarios del consejo la presidencia de Cartera Inmobiliaria, una de las empresas participadas.

El nuevo consejo de administración de la Caja de Jaén pasará de 17 a 20 miembros, de los que cinco corresponden a los impositores (uno más que hasta ahora), cuatro a los ayuntamientos, tres a la Diputación, tres a la Junta de Andalucía, tres a los empleados (los que más crecen) y dos a otras organizaciones. El presidente resalta que con el nuevo organigrama se impiden las mayorías absolutas si no es por el acuerdo de varios grupos de representación. En un plazo no superior a los cinco meses, desde la aprobación de los estatutos y el reglamento, se procederá a la renovación total de la asamblea, que tiene aún pendiente la elección de los representantes de los impositores y de otras organizaciones sociales.

De forma paralela a sus proyectos estratégicos, la Caja de Jaén se ha marcado el objetivo de potenciar su obra benéfico-social, cuyos fondos se elevarán hasta el 35% de los beneficios de la entidad de ahorros. El presidente de la obra social, Francisco Díaz, dijo que además se establecerá un fondo de reserva "para situar a la obra social al margen de vaivenes y garantizar su estabilidad". El fomento del empleo, la investigación, el medio ambiente, el desarrollo local o la mujer y los jóvenes son los sectores sobre los que incidirán las ayudas sociales de la caja, que también destinará el 0,7% de sus beneficios a cooperación con el Tercer Mundo.

La Caja de Jaén ha pasado en poco más de un año de 22 a casi 40 sucursales. Su beneficio neto después de impuestos creció en 2002 un 1,2%, con más de 3,40 millones de euros.