Tontos
Nadie vende mejor sus fracasos que el Gobierno. A los ciudadanos deben creernos tontos. Si hay problemas en el trazado de la línea del AVE Málaga-Córdoba, viene Cascos y dice que la culpa la tienen las lluvias. El alcalde de Málaga, acostumbrado a meterse en todos los charcos, dice que no pasa nada, que la realidad, o sea el día a día, tiene que poner en su sitio los cálculos de los taludes hechos en laboratorio. Como será el tiempo el que ponga en su lugar el futuro del Puerto de Málaga. Nuevo cambio por parte del alcalde. ¿Será el último?
Y no digamos ya lo de La Línea, donde el alcalde Juárez mete de rondón a más de 100 trabajadores y sigue de rositas como alcalde. Se calla el PP gaditano. En el PP no hay prevaricadores. Menos suerte tiene el presidente del PP malagueño, Joaquín Ramírez, sobre el que pesa la duda extendida por la ex alcaldesa de Estepona, Rosa Díaz, por la recalificación multimillonaria de unos terrenos, y uno de sus protegidos en la ejecutiva le suelta un sopapo, se enredan en peleas de barrio y rencillas. Todo muy edificante. El joven de Totalán, si quisiera, podría poner a Ramírez a los pies de los caballos. En fin, lo dicho, nunca pasa nada. Todo va bien y hasta a Arenas le da por hacer chascarrillos: si en el Gobierno andaluz estuvieran Borbolla o Escuredo, Andalucía ya tendría abonada la deuda. Genial.
Menos mal que entre tanta ventolera política hay quien se toma las cosas en serio. Uno de ellos, el silencioso senador malagueño Damián Caneda, ascendido a los altares de la vicepresidencia del Senado. Los hombres de Rajoy toman posiciones. Y otro, el vilipendiado, maltratado y descalificado de forma permanente por ser "cateto", Salvador Pendón, presidente de la Diputación de Málaga, que ha buscado en el Colegio de Arquitectos apoyo para definir el modelo de desarrollo de la Costa del Sol. Sin levantar la voz se reúne con Hernández Pezzi y pide a los profesionales que digan qué se puede hacer para no caer en las garras de los especuladores y la masificación. Bien hecho por el cateto. Catetos capaces de tener las ideas claras es lo que necesita España y no niños repelentes, engominados y que se estiran la garganta para que la nuez circule con fluidez.
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