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MÚSICA

Mercedes Peón, la rabia de la aldea

Tres años después de su primer disco, Isué, la cantante y etnógrafa coruñesa retorna con una obra aún más furiosa y experimental. Ajrú equivale al grito libérrimo de una mujer capaz de conjugar la pasión por Janis Joplin y por las muñeiras. Un trabajo en el que conviven los sonidos electrónicos con el misterioso ritmo de su propio fluido sanguíneo.

En la portada de Ajrú, a contraluz sobre fondo blanco, el inconfundible cráneo rapado de Mercedes Peón (A Coruña, 1967) abraza un azadón, ancestral apero de labranza que ella utiliza como una percusión más. El segundo disco de la mujer más temperamental que ha dado la música gallega corrobora su talante singularísimo, en el que enfebrecidos temas electrónicos, casi de trance, comparten espacio con melodías de belleza minimal.

"Mi música me retrata: esa ambivalencia es parte esencial de mi carácter", corrobora esta cantante, gaitera y etnógrafa desde su apartada casa de aldea en Oza dos Ríos, cerca de Betanzos. "Me siento una persona y una artista dual, una mujer que a la vez puede derrochar cariño y furia, retratarse amorosa o histriónica. Ésa es mi aportación, para quien lo quiera entender. En la música pop es un latazo que la mujer siempre tenga que mostrarse como un ser dulce. Yo prefiero derramar toda la rabia que llevo dentro".

La propia palabra ajrú significa, en el gallego dialectal de la comarca de Bergantiños, el aturuxo o berrido típico con que se acompañan las muñeiras y demás tonadas tradicionales. "Me atrajo la sonoridad de una palabra que, siendo tan localista, puede parecer africana o de la Europa del este", explica Mercedes Peón, obsesionada por formular "una propuesta artística atemporal y universal".

En cuanto a los contenidos musicales, Ajrú se revela aún más minucioso y atrevido que Isué (2000), un debú que a esta coruñesa le permitió ofrecer 132 conciertos por medio mundo, impartir conferencias en la Sorbona francesa o aparecer en la portada de la británica fRoots, la revista de músicas étnicas más prestigiosa del planeta. Entre las audacias sobresalen las guitarras eléctricas a ritmo de jota en el tema central o el insólito fondo sonoro de Ese es ti: el flujo sanguíneo de la propia artista. "Se trata de un tres por cuatro perfecto, del mismo modo que el corazón de un feto late en un compás de seis por ocho. Me fascina ese fenómeno de los ritmos ternarios como un elemento de cohesión universal".

La temática de muchos temas tampoco desentona con estos planteamientos de radicalidad creativa. Neniñué relata, de forma casi subliminal, la espeluznante historia de una mujer que pierde a su marido y enferma de esquizofrenia. Ajrú (segunda parte) despliega la vertiente más reivindicativa de una artista que se considera "pacifista, nudista, tolerante y tribal". "No creo en la lucha de géneros", matiza, "pero éste es un disco muy femenino. Pertenezco a una generación en la que no estaba bien visto ser mujer e independizarse a los 18 años, jugar al balonmano, arbitrar partidos de fútbol, tocar la gaita y dedicarse a la docencia, por poner algunos ejemplos reales".

La discográfica catalana

Discmedi será la encargada de intentar que este segundo proyecto supere el notable impacto de Isué, grabado para la madrileña Resistencia. Pero Peón parece segura de las posibilidades de su personaje, que conjuga elementos atávicos con el coraje de ídolos personales como Sinéad O'Connor o Janis Joplin. "A día de hoy puedo vivir de la música y me siento encantada con un disco que encuentro más fluido y rabioso que su antecesor", resume. Y concluye: "Con eso ya es bastante. Lo que venga después, bienvenido será. Y si no sucede nada, da lo mismo, porque nada espero. En esta manera de encarar la vida aflora en mí, inevitablemente, la idiosincrasia del gallego...".

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