Una píldora contra la dependencia digital

Una quinta parte del alumnado que llenaba ayer el salón de actos de la Facultad de Informática en la Universidad Politécnica levantó la mano cuando el vicedecano Ignacio Gil preguntó cuántos tenían instalado en su ordenador sólo el programa Linux. El resto tenía instalado Linux y Windows, lo que daba una idea del potencial del sistema operativo emblemático del software libre a la vez que de sus, todavía, limitaciones. No obstante, para Alfredo Romeo, coautor de La pastilla roja, aseguró que "España está siendo punta de lanza en la revolución digital que viene" gracias la labor de "personas como Juan Tomás García y otros que han sabido explicarlo y difundirlo". Juan Tomás García, presidente de la Asociación de Usuarios Españoles de Linux (Hispalinux), es también coautor del libro, que, según los organizadores del acto, se presentaba por primera vez de forma oficial. El presidente de Hispalinux habló de un cambio de paradigma, porque ya se sabe que "el software libre puede competir con la industria propietaria". En respuesta a distintas preguntas, los autores aseguraron que el software libre es capaz de generar también confianza en las empresas, y García contó el ejemplo de lo sucedido en Morgan Stanley. Demostraron también que "se puede vivir" sin las licencias de las grandes empresas propietarias de software, cuyo negocio es "vender licencias", con unos márgenes de beneficio que, al decir de García, " no tiene ningún otro sector en el planeta". ¿De qué vivirán los programadores de software libre? preguntó alguien. "La inmensa mayoría", respondió, "de lo mismo que ahora", de prestar servicios. El mismo consejero de Educación valenciano, Esteban González Pons, que firma un artículo advierte que "renunciar a escribir software libre a día de hoy, es como haber renunciado a escribir hace 500 años", con la invención de la imprenta. González Pons no estuvo presente aunque sí había sido invitado, porque, recordó el profesor Adolfo Plasencia, "en el Campus Party anunció que toda la comunidad educativa dispondría de software libre". Plasencia le respondió que "serían necesarios 4.000 o 5.000 profesionales trabajando varios años".

La pastilla roja, que toma el nombre de la película Matrix, resume el concepto de software libre asociándolo "la libertad de los usuarios para ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, cambiar y mejorar el software". Romeo aseguró que "no sólo está dirigido a tecnólogos". De hecho, él mismo no lo es. Paralelamente, se ha puesto en marcha el portal www.lapastilla-roja.net.