Sin teléfono

Cuando vamos a cumplir 25 años de la Constitución, es sorprendente comprobar la desprotección y el desamparo que sufrimos los españolitos de a pie que pagamos nuestros impuestos y contribuimos al estado de bienestar, ante una gran empresa de servicios como Telefónica.

Les cuento: Dí de baja mi teléfono fijo por un cambio de residencia y después de cuatro meses de llamadas me aconsejaron que no conservara mi número y pidiese línea nueva. Lo hago y han pasado casi dos años y todavía sigo sin línea. Un edificio vecino no daba permiso para pasar el cable, pero el problema se resolvió el pasado septiembre. ¿Y ahora qué? No sabemos. El mutismo de la empresa es de vergüenza. El caso es que seguimos sin línea. ¿Y qué se puede hacer? ¿Dónde acudir?

La realidad es que nos encontramos en pleno siglo XXI con todo un edificio sin comunicación (ni teléfono, ni Internet, ni TV por cable). Luego ves la publicidad ofreciendo servicio o la satisfacción de algunos políticos vanagloriándose de que España va bien, pero tú sigues pensando que todo es una gran mentira.