Títeres en La Vall d'Albaida

Pronto cumplirá 20 años esta Mostra de Teatre de Títelles que llenará desde el 20 hasta el 23 de noviembre diversos escenarios de Albaida, Aielo de Malferit, Benigànim, Castelló de Rugat, L'Olleria, Montaverner, Montitxelvo, Ontinyent y Salem, en lo que es el festival escénico más antiguo de nuestra comunidad, constituyendo la principal oferta de teatro de animación para el público valenciano. En realidad, la Mostra nació cuando casi nadie confiaba en esa especialidad escénica, que iba languideciendo lentamente, y que resucitó en buena medida gracias a los esfuerzos de Bambalina Titelles, organizadora de la Mostra desde sus comienzos, que también tiene en su haber el paso del teatro de títeres para público infantil a los espectáculos para adultos. A esa labor continuada ha contribuido en no escasa medida la creación del Museo de Títeres de Albaida, que recoge mucho material documental y multitud de objetos utilizados en esta actividad escénica.

Es conocida la fascinación de los surrealistas, desde Louis Aragon hasta André Breton, por el teatro de marionetas, una pasión compartida por Valle-Inclán o García Lorca, más en su variante de títeres de cachiporra, que de alguna manera vinculaban al mundo del circo. El teatro de animación, o de los objetos, ha adquirido con el tiempo una autonomía que basta para convertirlo en un territorio específico de la indagación escénica.

En realidad, la posibilidad de sacar en un escenario de mediano formato a un centenar de personajes, en forma de títeres de hilos o de manipulación manual, es algo ajeno al teatro tradicional, lo que no hace sino multiplicar las posibilidades de este tipo de creación escénica, tanto para adultos como para el público escolar y familiar, al que, ciertamente, dedica una especial atención concertada con las escuelas.

Para Josep Policarpo, director de esta Mostra y uno de los principales animadores de Bambalina Titelles, "el teatro de animación ha evolucionado más en los últimos años que a todo lo largo de su historia. Ya no es el tabladillo heredado de la Comedia del Arte donde los muñecos se dan de garrotazos. En cierto modo, y gracias a la progresiva incorporación de profesionales de otras disciplinas, en este momento es posiblemente el arte escénico más abierto a la renovación y el que ofrece creaciones más de vanguardia, ya que ha consolidado un carácter interdisciplinar muy potente".

Para Policarpo, "la Mostra está muy consolidada en la Vall d'Albaida. Son 20 años de encuentro anual, de manera que hay ya una generación que nos ha visto crecer y que ha crecido con nosotros, es un público muy fiel que participa mucho y que reconoce el festival como suyo, hay una simbiosis evidente". De otro lado, "la percepción del espectador que no frecuenta esta clase de teatro -añade el director de la Mostra- es bastante arcaica, y hay como un rechazo inicial, debido a la creencia errónea de que se trata de algo para niños y visto ya mil veces. De ahí también la utilidad de la Mostra, que contribuye decisivamente a desvanecer ese equívoco histórico".

En esta edición, que incluye montajes para adultos en lo que ha venido a llamarse "teatro de objetos", con sus claves narrativas propias y susceptibles de contar cualquier tipo de historia, por compleja que sea, destaca la presencia de compañías como El Espejo Negro, de Málaga, que en Apariciones fusiona danza, música, objetos, títeres y actores al servicio de una historia irreverente, así como el Théâtre de la Massue que viene con Abérrations du documentaliste, donde Jacques Fornier interpreta a un documentalista enloquecido. Otros espectáculos, que también incluye multitud de actividades paralelas, son Cambio de Plan, de PTV Clowns, además de la presencia de compañías como Theater Karromato, de la República Checa, o Katraska, de Barcelona. Al término de la Mostra, se concederán los XII Premis Mostra de Titelles a las mejores creaciones presentadas.