Ceremoniales

Muse es el resultado de la combinación entre el estilo y la intensidad emocional de Radiohead, la concepción de rock tronante de Black Sabbath, y el barroco de Queen. En su concierto en Madrid, el trío ofreció una actuación convincente, si bien la voz del solista no estuvo esta vez a la altura de otras visitas, ni de lo grabado en su último disco, Absolution. Éste fue precisamente el que aportó más canciones al concierto de Muse, en el que destacó una puesta en escena de alta tecnología, con proyecciones, efectos luminosos y un escenario con el bajista subido a una tarima y un soporte lumínico para el teclado de Bellamy. En cuanto a la parte musical, Muse estuvo a la altura que se esperaba de ellos en intensidad interpretativa y estilo solemne y grandioso. La banda se dio todo un baño de masas y éxito ante los extasiados y jóvenes seguidores del grupo. Bellamy sacó chispas a su guitarra en temas como Butterflies and hurricanes, acarició el piano en Apocalypse please y dejó clara su vocación de intérprete de himnos para ser coreados junto a la multitud en Sing for absolution o Time is running out. El concierto acabó con el público entregado a los pies de este trío, que se toma la música en un sentido absolutamente ceremonial.