En la lejanía
Fuera de los círculos políticos y empresariales, las elecciones autonómicas de Cataluña se ven en Andalucía con mucha lejanía, como si no llegara el eco de los 775.376 andaluces que, según datos de la Junta, viven repartidos entre las cuatro provincias catalanas. Las referencias a los políticos catalanes son frecuentes en el Parlamento andaluz, aunque más que nada se utilizan como arma arrojadiza y con el interés de sacar a la luz las posibles contradicciones entre los socialistas andaluces y catalanes. Jordi Pujol y Pasqual Maragall son nombres que, habitualmente, forman parte de las argumentaciones de los partidos andaluces.
Aunque no hay ningún estudio sobre la influencia electoral de los andaluces en Cataluña, sí se puede obtener un retrato estimativo del comportamiento del voto andaluz, más escorado hacia el PSC, una formación en la que muchos de sus dirigentes, alcaldes y militantes son de origen andaluz. El lugar de nacimiento es lo que hace pensar a Marta Strohecker Pallarolas, presidenta de la Casa de Cataluña en Sevilla que llevará "al catalán-catalán" a votar a CiU, y a "los inmigrantes", a "los partidos que tienen en su tierra". Felipe Romera, director del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), y el escritor granadino Justo Navarro creen que los comicios catalanes no afectan a esta comunidad. "La sociedad andaluza está despolitizada y si le hablas de política catalana es como si le hablaras de la política de Marte. Hay una indiferencia absoluta", asegura Navarro, autor de F., basada en la vida del poeta catalán Gabriel Ferrater. "No creo que se vivan con intensidad, ni mucho menos", apunta el director del PTA. "Se conoce que va a haber unas elecciones, se percibe la marcha de Pujol, la llegada de Maragall y la pugna del PP en este escenario. Los andaluces que están allí se sienten andaluces, pero son catalanes. No veo que haya retroalimentación hacia la ciudadanía andaluza", sostiene Romera.
Jordi Pujol se despide como presidente de la Generalitat y casi ya se le empieza a echar de menos en el mundo de la empresa. "Desde el punto de vista empresarial siempre hemos visto bien esta larga etapa de Pujol", afirma el presidente de la Confederación Empresarial Sevillana (CES), Fernando Guerrero, quien elogia el pragmatismo del presidente catalán porque la economía "siempre está presente en sus discursos". Distinto lo ve ahora con el sucesor de Pujol al frente de la candidatura de CiU, Artur Mas, al que ve más radical. "El nacionalismo de Mas no tiene nada que ver con el de Pujol, que era bastante institucional y constitucional", enfatiza el empresario sevillano. El "creciente radicalismo" que Fernando Guerrero percibe en los partidos con posibilidad de alcanzar el Gobierno catalán -el PSC de Maragall y CiU- es lo que casi le lleva a añorar ya a Pujol. "No sé si de aquí a unos años a lo mejor tenemos que echarle de menos".
Esa percepción parte, en cierta medida, del hecho de todos los partidos catalanes, con excepción del PP, defiendan la reforma del estatuto. También en Andalucía todos los partidos abogan por la reforma estatutaria, una modificación ante la que los populares andaluces mantienen una calculada ambigüedad.
Javier Pérez Royo, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla, asegura que si el Partido Popular de Josep Piqué "no está en condiciones" de influir en el Gobierno catalán como ahora, la reforma del Estatut "entrará en la agenda política del día" y en Andalucía "generaría una especie de sinergia". El catedrático sevillano no duda en calificar de "interesantísimas" las elecciones del 16 de noviembre desde muchos ángulos. "El nacionalismo catalán ha sido un elemento muy importante de equilibrio en el Gobierno de España, como una especie de válvula de seguridad del sistema político español porque era el complemento natural del PP y del PSOE. Pero si CiU deja de estar en el poder en Cataluña, ya no le interesará el Gobierno español".
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