Lujo en el Samur
Hace un par de días, en una de las frecuentes retenciones de circulación de Madrid, tuve la oportunidad de observar y reflexionar el siguiente hecho. Me llamó la atención que un vehículo del Samur del Ayuntamiento fuera un todoterreno de alta gama (famosa marca por sus tres iniciales). Esto me hizo pensar sobre el servicio que puede ofrecer este tipo de vehículo (gama de lujo) y sus diferencias significativas comparado con otros vehículos de similares características, pero de gama media.
Pensé que las instituciones, en este caso el Ayuntamiento, deberían proteger y administrar sus fuentes de financiación con mayor rigor. Esto es, en contraposición con los esfuerzos presupuestarios y salariales que se les piden e imponen a los contribuyentes, que, por otra parte, sólo un mínimo porcentaje puede acceder a un vehículo de similares características. Creo que la Administración y quienes la representan deben ser exquisitos en el tratamiento de sus actuaciones, tanto en la forma como en el fondo. Por tanto, considero un "mal ejemplo" de la citada instancia administrativa este proceso de contratación-adquisición de vehículos de servicio publico.
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