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Columna
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Cifras

Tras la huelga de la construcción en Andalucía en protesta por la alta siniestralidad en este sector, los sindicatos mayoritarios se han pronunciado destacando su alto seguimiento. Afirman que el 97% de las obras quedaron paralizadas. Una opinión que no comparte la patronal, ya que el paro y su afectación lo cifró en el 38%.

De nuevo, el éxito o el fracaso se lleva a las cifras y se quiere dar la impresión de que todos ganan. Unos, por su capacidad de convocatoria, y otros, por la escasa respuesta. Por lo visto son los números los que cantan para inclinar la balanza de un lado o de otro. De esta forma se diluye el problema.

Claro que si no se ponen de acuerdo ni en las cifras, más difícil será que lo estén en lo otro. Y lo otro es rebajar en la misma proporción las cifras de los accidentes con muertos en el tajo. Unas cifras que sí dicen la verdad, y a las que hay que buscarles respuesta. Una respuesta que no está en la mayor o menor incidencia de la huelga o en el hecho de dar a conocer su sensibilidad frente a la siniestralidad laboral. Son cuestiones que, como al soldado el valor, se dan por supuestas. La respuesta, pues, tiene que venir por otro lado; por el cumplimiento de la normativa de prevención. Un cumplimiento que resulta imposible si las representaciones social y económica no desarrollan una política en la que la apuesta sea la cultura de la prevención, de forma que se garanticen la vida y la integridad física en el puesto de trabajo.

Y un cumplimiento que resulta aún más imposible si, a las dificultades de lograr acuerdos entre los directamente afectados, existe una sensación de impunidad y de desinterés por parte de los obligados a conocer las responsabilidades que surgen cada vez que ocurre un accidente de trabajo. Otra explicación no hay cuando el pasado martes tiene lugar un accidente de trabajo con muerto en Sevilla y el fiscal de guardia no se persona en el lugar del siniestro para conocer sus causas, o cuando se responsabiliza judicialmente a un trabajador accidentado de su tetraplejia, cuando la empresa no había adoptado todas las medidas de seguridad. Una situación que exige un cambio, de forma que las cifras de seguimiento den paso a un modo de comportarse en el que la prevención, y sus patologías, encuentren solución en las empresas y una respuesta adecuada en los tribunales.

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