Los muertos de Irak
En Estados Unidos, cada soldado muerto en la posguerra de Irak es una pequeña pesa en el plato del descontento de la balanza de la opinión pública.
En estos momentos, en los que el número de soldados muertos tras la guerra acaba da superar a los que perdieron su vida durante el conflicto (138), parece que esta balanza comienza a inclinarse hacia el lado del rechazo.
La diferencia esencial entre esta opinión pública y los que, desde el principio, clamamos contra esta guerra absurda es que a nosotros nos importaban en la misma medida los previsibles muertos iraquíes (que al final del conflicto se contaban por miles, tanto en el lado militar como en el civil). Lo cierto es que a Bush parece preocuparle mucho más la opinión pública que los propios muertos, y a Aznar... sólo le preocupa él.
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