La suave crisis de una feria con 43 años de historia
Ni las vacas gordas fueron tan gordas, ni las vacas flacas lo son tanto. En su 43ª edición, la feria tecnológica SIMO presenta a 835 expositores, una cifra superior a la del año pasado, aunque lejos de las 853 del año 2001, que aún vivían en España el boom tecnológico, pese a que en Estados Unidos ya hacía un año que había estallado la burbuja bursátil.
Los fuertes vaivenes tecnológicos no se han reflejado con la misma intensidad en la feria madrileña. Por ejemplo, el gran salto de visitantes fue en 1996, con 67.000 personas más; a partir de ahí el público basculó 10.000 arriba, 10.000 abajo.
En metros de superficie ocupada sí que hubo un brusco descenso, pero no tan profundo como en el Cebit de Hannover o el Comdex de Las Vegas. En este año, SIMO aumentó hasta 59.000 metros cuadrados.
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