Javier Cámara y Blanca Portillo reivindican al actor-productor
'Como en las mejores familias' cuenta también con Julieta Serrano
Los actores Javier Cámara, Blanca Portillo, Gonzalo de Castro y Pau Durà no sólo se han unido, junto a Julieta Serrano y Nathalie Poza, para poner en pie Como en las mejores familias, de los franceses Agnès Jaoui y Jean-Pierre Bacria (se estrenará el día 12 en el teatro Marquina, de Madrid), sino que también han fusionado sus cuatro productoras para abordar proyectos artísticos con los que reivindicar la función del actor.
"Queremos que el actor no sólo sea una marioneta en un espectáculo y deseamos estar desde la génesis en los proyectos en que participemos", dice Portillo de esta nueva aventura en la que se han embarcado estos cuatro actores que llevan trabajando hace años en la serie Siete vidas, de Tele 5. Lo han hecho para compartir una serie de inquietudes artísticas que sólo a través del teatro pueden tomar cuerpo.
Para su primer proyecto han elegido Air de familie, obra de Agnès Jaoui y Jean-Pierre Bacria a la que la versión de Alejandra Herranz y Pau Durà ha titulado Como en las mejores familias. El texto, que radiografía una familia media sin acritud y sin piedad, goza en Francia de una gran popularidad, tanto su versión teatral (premio Molière 1995) como la cinematográfica (tres César de la Academia Francesa). En ambas, los protagonistas eran los autores de esta pieza que el director del montaje, Manel Dueso, califica "de una pequeña gran crueldad. Te deja el corazón en un puño".
Fue Durà quien descubrió la obra en el cine. La leyeron los cuatro y descubrieron que había personajes para todos. Sólo tenían que buscar los extremos del espectro de una familia: una matriarca y una jovencita. Para la primera pensaron en Julieta Serrano, y tuvieron la suerte de pillarla con ganas y libre. La segunda fue Nathalie Poza.
Como en las mejores familias es una obra coral que podría enmarcarse dentro de un nuevo teatro nacido en Francia, de la mano de Yasmina Reza, que se ha denominado de "comedias de ideas", por aquello de que retrata con humor e ironía la sociedad actual, al tiempo que invita al espectador a sumergirse en reflexiones de hondo calado: "Aquí no hay moraleja ni dirigismo, las conclusiones las saca el público", dice Portillo, y añade Cámara: "El teatro debe sacudir y plantear interrogantes, y aquí el espectador se hace preguntas".
"Es un drama en el que la gente no para de reírse", señala Durà, mientras el director apunta: "Disecciona a una familia de arriba abajo con un bisturí", y Portillo añade: "Es como un espejo y a la vez una gran lupa que agranda los defectos", mientras que para Serrano "es una filigrana en la que las ideas circulan, aportan datos, pequeñeces, mezquindades...", y concluye Cámara: "Es un gran texto, alguien lo definió con acierto de 'bombón amargo' y lo más importante es que puede mover las entrañas de la gente joven, y eso es muy importante porque nuestros padres han criado una generación de escépticos y hay que hacer algo para sacarles del letargo".
Babelia
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