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Reportaje:CICLISMO | Tensiones en el pelotón español

Celos, traición y bicicletas

El laborioso nacimiento del Liberty y el esperado divorcio de Manolo Saiz y su adorado Beloki

Carlos Arribas

Aquel ciclista del ONCE-Eroski no sabía qué pensar el miércoles pasado. De repente, se veía protagonista de una película de espías, de un thriller en el que se ventilaba, entre otras cosas, su futuro en la profesión.

El mensaje le llegó al mediodía. Una corta llamada telefónica desde las oficinas de su equipo. "Tienes que venir a Madrid inmediatamente. En el aeropuerto hay un billete a tu nombre. No digas a nadie, ni a tu madre, dónde vas. Cuando aterrices recibirás nuevas instrucciones". En efecto. Otra llamada recién tomado tierra en Barajas. "En la puerta equis te espera Rafa con un coche. Monta. No hables con nadie. No llames a nadie. No digas dónde vas". Tampoco es que el ciclista supiera dónde iba. Tampoco conocía mucho Madrid para saber que el bufete de abogados donde le depositó Rafa estaba en la calle de Velázquez.

"Tienes que venir a Madrid. En el aeropuerto tienes un billete. No le digas nada ni a tu padre"
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En los pasillos del bufete suspiró de alivio al ver que por allí también andaba su compañero Ángel Vicioso, acompañado de su padre. Le dijeron que otros compañeros ya habían pasado por allí. Después de una corta espera, le hicieron pasar a un despacho. Detrás de la mesa, Manolo Saiz. En la mesa, un papel. Un contrato. Poco dinero. 30.000 euros. "No te puedo ofrecer más", le dijo el director. "Si quieres, firma". El ciclista, que no tenía más ofertas, firmó. Firmó un contrato que le ligaba a un equipo cuyo nombre no conocía. Firmó con su director.

Pocas horas después, Pablo Antón, la mano derecha de Manolo Saiz, avisaba con urgencia a la prensa: "A las 8.30 anunciamos el nuevo equipo. No os puedo adelantar más". Por fin, pensó el mundo ciclista, que llevaba semanas esperando el anuncio oficial de que Stayer, una marca de herramientas italiana, sustituiría a la ONCE en el patrocinio del equipo ciclista de Manolo Saiz. ¿Por fin?

Fue el día de las sorpresas. "Nuestro nuevo patrocinador se llama Liberty y es una compañía de seguros americana con una fuerte implantación en España", anunció Saiz. "No tiene nada que ver con Stayer". Segunda sorpresa: en la lista de corredores que hizo circular Saiz no figuraba su líder de los últimos años, Joseba Beloki.

La historia había comenzado mediado septiembre. José Miguel Echávarri anuncia a Manuela Ronchi, una mánager italiana, que no le convence su proyecto de equipo ciclista para heredar lo que queda del iBanesto.com, y Ronchi: "Pues se lo ofreceré a Manolo Saiz, que no encuentra patrocinador para sustituir a la ONCE". El diseño de equipo es multinacional y complicado. El dinero lo pone un grupo de inversores ítalo-argentinos especializados en reflotar empresas en crisis -como Stayer, que sería el nombre del equipo-, los pagos se efectuarían en Holanda, donde se federaría al equipo, y la voz cantante la llevaría Ronchi. Saiz sería un empleado. En el equipo sólo entrarían la mitad de mecánicos y masajistas, y sólo 12 de los 23 corredores que formaban la plantilla del ONCE-Eroski, el mínimo para heredar su derecho a correr el Tour.

A pesar de las dudas, todo parece marchar sobre ruedas, aunque el anuncio del equipo se retrasa.Saiz viaja a Italia y vuelve mudo. A Saiz se le traga la tierra. Ronchi le busca porque el tiempo se acaba y no llega con los contratos de sus corredores. Ronchi se alarma. Pasa el lunes, nada. Llega el martes. Ronchi entra en acción. Llama a los corredores del extinto ONCE y comienza a ofrecerles contratos interesantes. Organiza un banderín de enganche en el hotel Barajas. Cuenta con Beloki, la pieza clave, quien dice que está harto de que Saiz no le coja el teléfono, no le diga cómo va la negociación, cómo se llama el nuevo sponsor. Ronchi llama a Jean-Marie Leblanc, el director del Tour, quien le asegura que sí, que no habrá problemas, que con Beloki tienen asegurada su invitación a la carrera francesa.

Súbitamente, Manolo Saiz, que llevaba dos semanas hablando con Liberty, se asusta. Los movimientos de Ronchi le pueden dejar sin corredores. Sin Beloki y sin el mínimo de 12. Tiene que actuar rápidamente. Silenciosamente. Aceleradamente. Y aunque Liberty no garantiza un presupuesto suficiente, se ve obligado a salir al ruedo, a anunciar el nuevo patrocinio, a firmar a la baja a los corredores. Algunos incluso firman en blanco. "Fue una OPA hostil de Stayer", dicen fuentes del grupo de Saiz. "Cuando les dijimos que no nos convencían, que no veíamos una base económica sólida en el proyecto, que no nos convencía su sistema salarial, que consistía en pagar sólo el 15% en contrato federativo y el 85% en derechos de imagen, intentaron quitarnos a todos los corredores para que no llegáramos a 12. Les han ofrecido el triple de lo que dábamos nosotros". Efectivamente, las cuentas de Saiz se han parado en 11. Y sin Beloki. "Si quiere venir, que nos llame. Pero ya le avisamos: antes de firmarle tiene que pasar un reconocimiento médico para ver si se ha recuperado de la caída del Tour".

Desde las filas de Ronchi se dice que fue todo lo contrario, que Saiz no informó de sus gestiones con Liberty, que Saiz maquinó para quedarse él solo con Stayer, sin Ronchi, sin nadie por encima. "Y todavía quieren quedarse con Stayer como coesponsor", dicen. "Pero no pasa nada. Nosotros seguimos. El miércoles anunciamos oficialmente el nacimiento de Stayer. Contamos con Beloki. Contamos con siete corredores más del antiguo ONCE-Eroski. Podemos contar con Marco Pantani si decide volver a correr. Y contamos con Abraham Olano como uno de los directores deportivos".

Pobre Saiz. La defección de Olano, otro de sus corredores mimados de antaño, es el último golpe que podía esperar de una historia en la que acabó llamando "traidores" a quienes se fueron.

Manolo Saiz abraza a Joseba Beloki, que acaba de sufrir una caída y debe abandonar el Tour.
Manolo Saiz abraza a Joseba Beloki, que acaba de sufrir una caída y debe abandonar el Tour.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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