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La dirección regional del PP forzó la salida de Julio de Miguel en Bancaixa

Castellano reta a Camps y dice que el partido elegirá los representantes

El anuncio del presidente de Bancaixa, Julio de Miguel, de no optar a la reelección crispó ayer todavía más las relaciones entre el Consell y la dirección del Partido Popular que preside el ministro Eduardo Zaplana. El anuncio, realizado por sorpresa en la noche del viernes, se produjo sólo unas horas después de la Junta Directiva Regional del PP en la que, según fuentes populares, el ministro impuso al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, la tesis de que De Miguel no era la persona idónea para seguir en la nueva etapa que se abre en la entidad con la renovación de cargos.

Eduardo Zaplana y Francisco Camps evitaron ayer saludarse durante la celebración de las jornadas parlamentarias celebradas en Valencia entre los miembros del Consell y los diputados del PP para coordinar la defensa de los Presupuestos de la Generalitat para 2004. Sólo al acabar la reunión, el ministro y el jefe del Consell mantuvieron una breve conversación en un aparte. Todo ello en un clima de evidente malestar, especialmente en el Ejecutivo valenciano, por la manera con la que desde el partido se imponen decisiones que afectan al Gobierno. Públicamente y por separado, Camps y Zaplana al ser interpelados por los periodistas elogiaron la labor realizada por De Miguel, aunque el ministro llegó a afirmar que se había enterado por los periódicos de la decisión del presidente de Bancaixa.

La decisión de Julio de Miguel, que según fuentes asistentes a la cena del 125 aniversario de Bancaixa celebrada el viernes, tuvo que rehacer sobre la marcha parte del discurso que tenía previsto para anunciar su retirada, tiene ya consecuencias inmediatas. El portavoz parlamentario y estrecho colaborador de Zaplana, Serafín Castellano tiene ya plenos poderes para negociar a partir de mañana con el PSPV la elección de los 22 nuevos miembros de la asamblea de Bancaixa que acudirán en representación del cupo de la Generalitat. De este cupo se designarán dos miembros del consejo de administración de la caja de ahorros que tendrá que elegir nuevo presidente. "Los miembros que vayan en representación del Grupo Popular serán los que designe el Partido Popular y puede entrar cualquier persona que designe el partido", manifestó Castellano.

La presidencia de Bancaixa tiene un interés estratégico para el Consell, que necesita de una buena sintonía con la dirección de la caja, un potente instrumento financiero capaz de completar las políticas impulsadas por Francisco Camps, especialmente en materia energética y en fomento de vivienda protegida. Sin embargo, desde la dirección del PP el orden de las prioridades es distinto y no se oculta el interés porque tanto Bancaixa como la CAM sigan colaborando en los grandes proyectos diseñados por el ex presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, especialmente Terra Mítica, uno de los buques insignias de su gestión.

La mayoría de fuentes populares consultadas coincidieron ayer en señalar que la renuncia de Julio de Miguel a optar a la reelección abre el paso al también ex presidente de la Generalitat José Luis Olivas en su ambición de presidir Bancaixa. Unas opciones que cobran cuerpo pese al corto espacio de tiempo que ha estado apartado de la primera línea de la política y a que Olivas ha sido uno de los principales negociadores en los anteriores procesos de renovación de la asamblea de Bancaixa.

Sin embargo, fuentes de Bancaixa advirtieron de que el perfil de José Luis Olivas puede ser visto con reticencia por parte de la dirección nacional del PP por la imagen que transmitiría de politización de las cajas de ahorro. Unas reticencias que, si se materializan, permitiría al entorno del presidente autonómico del PP, Eduardo Zaplana, aupar a un tapado. La candidatura de Olivas ha sido apoyada hasta ahora por la dirección del PP frente a la apuesta de Presidencia de la Generalitat por la continuidad de Julio de Miguel. Una apuesta que Francisco Camps no ha podido mantener.

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José Luis Olivas mantuvo unas frías relaciones con el ministro Eduardo Zaplana durante los meses que estuvo al frente de la Generalitat. De hecho, Olivas quedó al margen de la última campaña electoral diseñada por Zaplana y sólo fue arropado por Francisco Camps y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, quienes le cedieron protagonismo en el acto final de cierre de campaña.

Si, finalmente, Olivas encuentra dificultades para acceder a la presidencia de Bancaixa uno de los candidatos con más posibilidades es Rafael Aznar, actual presidente de la comisión de control de Bancaixa y vicepresidente de la Autoridad Portuaria de Valencia.

Los socialistas exigen prudencia

El secretario general del PSPV-PSOE, Joan Ignasi Pla, mostró ayer en Cocentaina su preocupación con respecto al proceso de cambio en la presidencia de Bancaixa y exigió al PP que no traslade a la entidad "sus compromisos internos y sus luchas de poder". El líder de los socialistas valencianos consideró que el PP debería apostar por un "sistema fuerte de cajas de ahorro valencianas", lejos de la instrumentalización política. Pla reiteró la idea de que las cajas de ahorro, en general, y Bancaixa, en particular, deben tener un funcionamiento autónomo y alejado de la injerencia política porque, argumentó, "la estabilidad es fundamental para ofrecer confianza al ciudadano". El dirigente del PSPV-PSOE exigió "prudencia" y manifestó que su partido estudiará en las próximas fechas cómo se está desarrollando el proceso de renovación.

Por otra parte, fuentes del equipo del secretario general del PSPV señalaron que los enfrentamientos de Eduardo Zaplana con los equipos directivos de las cajas de ahorro se han saldado ya con la marcha de dos presidentes, José María Simó Nogués, primero, y ahora Julio de Miguel (ambos de Bancaixa) y dos directores generales: Emili Tortosa, de la misma entidad, y Juan Antonio Gisbert, de la Caja de Ahorros del Mediterráneo.

Los socialistas dependen ahora de la negociación con los populares para renovar dos puestos en el consejo de administración de Bancaixa. En el anterior proceso el PP copó todos los representantes de la Generalitat.

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