Para Sherlock Holmes
Estudio de M. Kliatskin, 1924.
La belleza de un estudio de ajedrez puede residir en los factores más diversos. En la dificultad que presenta su solución, en la economía de los medios a emplear, en la espectacularidad de una combinación o en la armonía lógica del camino a seguir. Aquellos que se inclinen por lo oculto de la clave que entraña solucionarlo se sentirán sin duda muy satisfechos con el que hoy presentamos. Para encontrar el camino de la victoria no sólo es necesario poner en juego mucha imaginación, sino apelar al método deductivo, caro a los autores de novelas policiacas. Es necesario descartar las variantes más evidentes: 1 T - a8, C - a8 / 2 R - a7, R - c6 / 3 R - a8, Rb5 y tablas, o bien 2 Rb7, Cc7, etcétera. Tampoco 1 a - b6, T - b8 / 2 b - a7 -si 2 b7, R - c6- 2... Ta8 / 3 Rb7, T - a7 j. conduce a nada. Si 1 Tb7, R - c6 y 1 Rb7, T - b8 j. / 2 R - b8, R - c6, etcétera. Queda por considerar 1 T - b6, a - b6 j. / 2 R - b6, T - a5, o bien 2 Rb7, T - a5 / 3 c7, Tc5, etcétera. Una vez analizadas estas posibilidades, una mente lógica -un Sherlock Holmes del tablero- está en condiciones de encontrar la solución por descarte: excluyendo movimientos absurdos, queda una sola jugada por considerar, y tiene que ser la correcta. En efecto, 1 c7!! es el único movimiento que no se ha analizado y es la primera jugada de la solución. 1... R - c7 es forzada, ya que si 1... Cc8 / 2 Rb7! obliga a abandonar (pero no 2 T - a8, R - c7 y tablas). Tampoco 1... Rd7 / 2 a - b6, a - b6 j. / 3 Rb7 es útil. La jugada ganadora es 2 a - b6!, que deja indefensa la torre de b8. Luego de 2... R - b8 / 3 b7! deja a las negras ante un zug-zwang fatal. Un estudio breve pero muy difícil, digno del famoso detective de Baker Street.
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