Takashi Sonobe, presidente de Mitsubishi Motors
Takashi Sonobe, presidente del grupo automovilístico japonés Mitsubishi, falleció el martes pasado en un hospital de Tokio. Tenía 62 años. Le falló el corazón. Sonobe había sido dado de alta recientemente tras ser tratado de una dolencia que no ha sido hecha pública, según ha asegurado la compañía; pero su estado empeoró a principios de semana. El directivo fue clave en el proceso de reorganización que llevó a cabo la multinacional para recuperar la confianza de sus clientes tras años de ocultar defectos en sus vehículos.
Sonobe nació en Tokio en noviembre de 1940. En 1964, tras licenciarse en Economía en la facultad de Keio, entró a trabajar en Shin Mitsubishi Heavy Industries, ahora denominada Mitsubishi Heavy Industries. De ahí pasó a Mitsubishi Motors Corporation (MMC) cuando ésta fue escindida del grupo en 1970. En ella ocupó diferentes puestos, que le llevaron finalmente a Estados Unidos. Fueron años de gran actividad en un Japón inmerso en la profunda transformación económica que vivió el país tras la II Guerra Mundial.
En 1997, Takashi Sonobe puso en marcha la fusión y reorganización de las filiales en Estados Unidos, una labor que, tras coronarla con éxito, le supuso como recompensa la supervisión de la reestructuración de la matriz en Japón.
"Cambié la mentalidad, la forma de pensar, los procesos, todo, en las dos compañías
[la filial de ventas y la de fabricación]", declaró sobre su labor en América del Norte en una entrevista en diciembre de 2001. "Gracias a los esfuerzos de las dos empresas, pudimos mejorar la imagen ante el cliente y los productos".
En marzo de 2000, el grupo germano-estadounidense DaimlerChrysler se había hecho con el 34% del Mitsubishi Motors (actualmente tiene el 37%), un paso que fue determinante en la carrera del ejecutivo japonés, ya que en junio de 2000 entró a formar parte del consejo de administración y en noviembre de ese mismo año se convirtió en presidente y consejero delegado. Desplazó a Katsuhiko Kawasoe, quien tuvo que dimitir como consecuencia del escándalo que supuso el descubrimiento de que durante 20 años la empresa había ocultado defectos en sus coches, había escondido las reclamaciones de los clientes y había efectuado reparaciones de forma secreta. Un escándalo que provocó a Mitsubishi pérdidas millonarias y le obligó a revisar más de 700.000 vehículos.
"Tanto los miembros del equipo de dirección como yo lamentamos profundamente los inconvenientes y la preocupación causados a nuestros clientes. Voy a corregir los errores y solventar los problemas subyacentes que los causaron", dijo Sonobe cuando asumió la máxima responsabilidad del grupo. En junio de 2002, cuando la labor estaba ya encauzada, el economista japonés se hizo a un lado y cedió el poder ejecutivo a Rolf Eckrodt, el hombre fuerte de DaimlerChrysler. Takashi Sonobe conservó la presidencia honoraria.-
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