Clase porno
Un profesor de la Universidad de Granada enseña cine con películas pornográficas de principios del siglo XX
La película de anoche se llamaba El confesor y es del año 1925. En ella, y entre otras proezas, un cura se acuesta con cuantas mujeres acuden al confesionario. La película es de sexo duro. La cinta es muda y ha sido restaurada por la filmoteca de Valencia y la programa el Cine Club Universitario de Granada, dentro del ciclo Los caminos de Eros, que incluye la proyección de otros tres cortos.
Hasta ahí, el tema no deja de ser una curiosidad cinefilo-pornografico-histórico-cultural. La polémica -si es que llega a tanto- surge porque Jesús Rubio, profesor de Historia del Cine y Otros Medios Audiovisuales en cuarto de Historia del Arte, incluyó las películas entre las clases prácticas de su asignatura.
"Para aprender de cine hay que ver cine y estas películas tienen un valor histórico, cultural y sociológico innegable", defiende Rubio. Según el director del Cine Club, Juan de Dios Salas, las películas mueven más a la risa que a la ereccción.
A quien no le hizo ninguna gracia fue a uno de los alumnos de Rubio que, tras ver el martes pasado Consultorio de señoras, de 1923, escribió un correo electrónico anónimo al departamento y a la prensa en el que criticaba la práctica, según Rubio. El diario Granada Hoy publicó la queja.
Así que para evitar dudas Rubio pidió a sus alumnos que con nombre y DNI firmaran si querían volver al cine. De sus 100 alumnos, asegura que 91 almas desterradas del regazo de Dios firmaron por ver las películas. Ayer acudieron en grupo a la proyección. Rubio insiste en que la asistencia no era obligatoria y que los alumnos podían hacer prácticas en la videoteca de la facultad de Letras.
La queja del alumno se basaba en que Consultorio de señoras incluía escenas de "lesbianismo, penetración vaginal, anal, sexo oral e incluso tríos". Salas reconoce el contenido duro de la película. Pero matiza: "Hay escenas muy bien filmadas, con juegos de espejos y con una técnica cuidada".
Salas detalla que las mujeres en las películas, "entradas en carnes", demuestran el cambio en el erotismo a lo largo del siglo. Y da otro dato a favor del cine. "Los cortos que hemos proyectado van sobre un ministro [El señor ministro], un médico y un cura, son muy transgresoras. Para su época y para la actual".
Salas incide en que el tema de las cintas es especialmente sorprendente porque "las encargó el rey Alfonso XIII, que las veía con sus amigos". Sobre los directores de los filmes, la fecha exacta y las condiciones de grabación, se desconoce casi todo.
Según Salas, la conclusión de la gente cuando ve las películas es que "en el sexo está todo inventado". Y añade con un deje lacónico sobre la falta de progreso: "Las películas porno actuales son iguales. No he encontrado demasiadas innovaciones. Quizá el látex".
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