"Si el objetivo del humor fuera la ofensa, me retiraría de este trabajo"

Óscar Terol tiene en persona la misma vitalidad que derrocha en radio y televisión y una sonrisa pronta y franca. Lleva con soltura la popularidad que le ha dado la televisión, donde se ha baqueteado la mayor parte de su vida profesional. Afirma que la gente no le agobia y que cuando se acercan a él lo hacen con cariño. Esta temporada, presenta el programa Vaya semanita, en ETB-2, un espacio de humor sobre la actualidad que se ha atrevido hasta con el plan Ibarretxe.

Pregunta. ¿El programa se pensó para parodiar a los políticos?

Respuesta. Lo del humor político ha sido una sorpresa. El programa estaba pensado para parodiar la actualidad semanal, y la política era un ingrediente más. Pero en este país hay este morbillo por el humor político, porque no se hace. Además, Euskadi genera mucha política, para lo bueno y para lo malo.

P. ¿Tienen sentido del humor los políticos vascos?

R. Sí, pero aquí todo está teñido por otras tintas. Ese humor no se saca. Aquí hay mucho sentido del humor, tanto o más que en cualquier otro sitio, pero prima la tensión y la polémica. También ves que aquí la sociedad entera está llena de política. En Euskadi hacemos campaña con todo.

P. El plan Ibarretxe les está dando mucho juego.

R. Hay frases que dicen los políticos que son maravillosas, entendiéndolas desde el punto de vista cómico-literario. Ahora todo el día con el plan, pues ¿por qué no vamos a hablar de esto?

P. ¿Ha habido algún toque de atención?

R. Nada de nada. Además, todo lo que digo en el programa lo mantengo delante de quien sea. Y pienso que no es ofensivo. Es, símplemente, utilizar la política y todo lo que sale en la prensa como material. Si el objetivo fuera la ofensa, yo me retiraría ahora mismo de este trabajo. Yo sé que haciendo lo que hacemos habrá gente que se molestará, porque eso es la vida y salpica siempre. Pero ése no es el objetivo.

P. ¿Cómo se hizo actor?

R. Empecé en el teatro. El proceso fue el lógico. Ya en el instituto me tiraba mucho más la gala de fin de curso que los estudios. La única carrera que yo hubiera hecho a gusto era Bellas Artes, porque me gustaba mucho pintar, pero tampoco veía la necesidad de un título para hacerlo.

P. ¿Y su paso a la televisión?

R. Fue muy rápido. Empecé con el teatro, pero en unos años acabé en un programa de televisión.

P. ¿Qué ha pasado con el grupo Lourvier's, que formó con Lourdes Bedia y Javier Merino?

R. Trabajamos juntos muchos años, sobre todo en televisión. Por una evolución lógica, llegó un momento en el que me apetecía trabajar solo, probarme. Cada uno ha seguido diferentes caminos.

P. ¿Un actor cómico es menos actor?

R. Al contrario. Es menos valorado a nivel oficial, pero es lo que gusta al público. Lo que llena las salas hoy en día son las comedias. Los cómicos no gozan de prestigio, pero sí del favor del público.

P. ¿Y en cuanto al trabajo actoral?

R. En la comedia, yo me esfuerzo igual que un tío haciendo Shakespeare. Y hay que tener una técnica.

P. No vale sólo ser chistoso.

R. Para nada, da un gran trabajo. Yo en la vida he contado un chiste. Diferenciaría entre los cuentachistes profesionales y los que hacemos humor por medio de un sketch o una parodia.

P. ¿Hay algo de lo que no se pueda reír uno?

R. El humor es una liberación. Y funciona con la distancia. Todo puede abordarse con la distancia física, emocional y temporal.