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El Yak-42 no cargó más combustible porque estaba al límite de su peso máximo

Defensa asegura que el avión tenía bastante queroseno para llegar al aeropuerto alternativo

Miguel González

El Yak-42 que se estrelló el pasado 26 de mayo en Trabzon (Turquía) con 62 militares españoles no llevaba los depósitos de combustible llenos. Aunque puede cargar 18,5 toneladas de queroseno, sólo llevaba 17,2. ¿Por qué lo hizo? La respuesta está en el manifiesto de carga que cumplimentó en Manás (Kirguizistán): por exceso de peso. Su límite máximo autorizado de peso al despegue era de 57.500 kilos y su peso real, sin llenar los depósitos, fue de 57.490.

El secretario general de Política de Defensa, Javier Jiménez-Ugarte, aseguró ayer que el Yak-42 tenía combustible suficiente para llegar a un aeropuerto alternativo. "El manifiesto de carga", declaró a Telecinco, "indica que le iban a quedar más de cinco mil kilos" de combustible tras llegar a Trabzon. "Es decir, una cantidad suficiente para haber ido al aeropuerto alternativo y haber cumplido con la normativa de tener determinado número de minutos sobrevolando a 1.500 pies". El alto cargo de Defensa insistió en que la causa del accidente fue un error humano "muy difícil de entender".

Jiménez-Ugarte se basó en el manifiesto de carga rellenado por el comandante del Yakovlev, Nikolaevich Kutsenko, en el que éste declara que lleva 17,2 toneladas de combustible y que, en el momento del aterrizaje, contara con 12 toneladas menos.

Expertos en navegación aérea explican, sin embargo, que el objeto del manifiesto de carga no es determinar la autonomía del avión, sino los pesos máximos en el despegue y el aterrizaje. Lo que indica dicho documento, agregan los expertos, es que el avión, con 17,2 toneladas de combustible, estaba a sólo 10 kilos del peso máximo autorizado. En circunstancias normales hubiera podido dejar en tierra parte del pasaje o la carga, pero en este caso el comandante optó por limitar el volumen de combustible.

La autonomía máxima se refleja en el plan de vuelo, reproducido en esta página, que el comandante rellenó también en Manás y al que no aludió Jiménez-Ugarte. En dicho documento, Kutsenko escribió que, con el combustible que llevaba, su autonomía máxima era de 5 horas y 45 minutos y la duración prevista del vuelo a Trabzon de 4 horas y 50 minutos. Pero el vuelo duró más de lo previsto: el Yak-42 se estrelló 5,03 horas después de despegar. Le quedan sólo 42 minutos para recorrer los 515 kilómetros que le separaban de Ankara, fijado como aeropuerto alternativo, para lo que hubiera necesitado más de 40 minutos.

La normativa de circulación aérea indica que "no se iniciará ningún vuelo" si el avión no lleva combustible suficiente para llegar al aeropuerto de destino, dirigirse luego al alternativo y contar todavía con reserva de combustible suficiente para volar durante 45 minutos.

Jiménez-Ugarte dijo también que el error del piloto "no se debió a que fuese borracho". Aparte de una azafata, con 0,52 gramos de alcohol en sangre, el alcohol detectado en el cadáver de un copiloto puede deberse a "elementos que no tienen que ver con la ingesta de alcohol", aseguró.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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