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Reportaje:

El ahorro os hará ricos

La riqueza neta de las familias españolas vuelve a crecer este año después del deterioro sufrido desde 1999

Las familias españolas han visto crecer en el primer semestre del año su riqueza financiera, tras el deterioro que se inició en 1999. La prolongada crisis de la bolsa y el continuo crecimiento del endeudamiento por la carestía de la vivienda habían provocado este empobrecimiento que en el primer semestre del año ha conocido su fin. Así, la diferencia entre la riqueza financiera (depósitos, fondos, acciones, renta fija...) y el endeudamiento (mayoriamente hipotecario) de las familias se elevó a junio de ete año a 726.156 millones de euros. Eso sí, todavía la riqueza de las familias está por debajo de los volúmenes marcados en diciembre de 2000.

Las familias, aunque tímidamente, este año han vuelto a asumir riesgos, bien directamente en Bolsa o a través de fondos de inversión

Existen dos grandes bolsas de la riqueza de las familias españolas. De un lado, se encuentran los inmuebles cuyo valor siempre es más difícil de cuantificar y, por otro, la inversión financiera (depósitos, acciones, fondos de inversión y de pensiones, seguros de vida o renta fija). En España debido al gusto por el piso en propiedad, incluso, por la adquisición de la segunda vivienda, los inmuebles tienen la mayot proyección. Algo que no ocurre con tanta contundencia en otros países europeos, donde existe una mayor tendencia al mercado de alquiler.

Quedaría una tercera vía para completar la riqueza: los bienes tangibles, tales como las inversiones en filatelia, arte, joyas o numismática, cuyo peso exacto es muy difícil de conocer. Unos bienes tangibles variopintos y en los que también la valoración es complicada.

Con datos de cierre de junio de este año facilitados por el Banco de España, las familias españolas tenía activos financieros por valor de 1,21 billones de euros. A semejante cantidad habría que descontar las deudas, que en este periodo ascendieron a 483.984 millones de euros. Unas deudas que principalmente obedecen a hipotecas (379.591 millones). Después de estos cálculos, la riqueza financiera neta se sitúa en 726.156 millones de euros con un crecimiento del 6% respecto al cierre del pasado ejercicio.

Gregorio Izquierdo, director de estudios del Instituto de Estudios Económicos (IEE) atribuye a varios factores este aumento de la riqueza de las familias. "La reforma del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) ha permitido aumentar la capacidad de ahorro de las familias. También se ha producido un trasvase de dinero desde la liquidez que mantenían como consecuencia del mal momento de los mercados hacia la bolsa y los fondos de inversión. El aumento del valor de las acciones, antes infravaloradas, explica este crecimiento en la riqueza", concluye

Entrada en Bolsa

Eso sí, el Banco de España sigue trimestre a trimestre la evolución de la riqueza financiera que en su práctica totalidad pasa por el circuito de los bancos, cajas de ahorros y otros intermediarios y de los mercados. Unos activos financieros que se van adaptando a la evolución de los mercados y que con ellos también sufre apreciaciones o depreciaciones significativas.

La bolsa, en este sentido, ha cobrado un protagonismo muy importante en los últimos años,lo que también explica que se produzcan saltos significativos en la renta de las familias. Los hogares españoles cuentan ya con la bolsa como una fuente de revalorización de sus activos. La mejoría del mercado en el segundo trimestre del año y la entrada de dinero fresco ha aumentado en un 18,4% la cartera de las familias en bolsa respecto a 2002. Así, durante el mes de junio se elevó a 112.821 millones de euros, volviendo a los niveles de 1999 y lejos aúin de los 125.717 millones de 2002 cuando se marcó el máximo de inversión en bolsa de las familias españolas.

Según apunta Gregorio Izquierdo, se ha producido una entrada de dinero nuevo al mercado que, a su entender, da solidez a la subida bursátil del segundo trimestre del ejercicio.

En esta misma dirección, el patrimonio de los fondos de inversión ha crecido el 8,1% en el primer semestre del año tanto por la mejoría de los mercados de acciones como por la incorporación de nuevos inversores que habían preferido tener su dinero en cuentas corrientes a la espera de que pasasen las turbulencias de los mercados.

Más tímida ha sido la recuperación de los fondos de pensiones cuyo crecimiento en el primer semestre es de sólo el 3,44%. Aquí, la explicación se encuentra en que muchas familias aguardan hasta final de año para colocar en este tipo de productos sus excedentes con el objeto de que produzca los beneficios fiscales.

Depósitos y seguros a la baja

El trasvase se ha producido, según apuntan desde una entidad financiera, por las fuertes campañas de comercialización de productos asegurados que en el primer semestre del año han llevado mucho dinero a los fondos provenientes de nuevo ahorro o de cuentas corrientes.

Se aprecia, pues, que las familias españolas han empezado tímidamente a asumir riesgos que rechazaron en plena crisis de los mercados. Los expertos apuntan también que se está produciendo una ligera desaceleración en el endeudamiento para la compra de vivienda. La inversión en inmuebles ya no es tan atractiva como hace dos o tres años y el dinero que acudió a los inmuebles como inversión se muestra en retirada, buscando ahora sus ganancias en los mercados financieros. Amén de las fuertes ganancias generadas por la vivienda, este tipo de inversión ha tenido una función de refugio frente a la financiera donde lo seguro apenas permitiía obtener una rentabilidad que superase la marcha de la inflación, y con lo arriesgado se perdía dinero.

En estos vasos comunicantes que son los distintos activos financieros en los que colocan el dinero una parte ha huído desde la seguridad hacia el riesgo. Por ejemplo los depósitos y el efectivo han aumento sólo el 3,07%, cuando este apartado recibía las mayores cantidades de dinero en tiempos de crisis. Los depósitos de bancos y cajas de ahorros sólo han aumentado el 2%. La caída de los tipos de interés hasta mínimos históricos y la estrategia de las entidades financieras en favor de productos garantizados han provocado este movimiento.

El inversor prefiere ahora un producto que le garantice el capital pero que, al tiempo, le abra una expectativa de ganancia superior a la que ofrecen hoy por hoy los típicos depósitos bancarios. Una forma cautelosa de ir tomando la temperatura a los mercados. Sin embargo, muchos de estos productos garantizados muestran, por sus caracterísiticas, unas escasas posiblidades de revalorización. Pero ya el inversor no se conforma sólo con mantener su dinero.

Los seguros de vida ahorro habían tenido también un fuerte desarrollo en el último trienio. Ahora, se han desacelerado. En el primer semestre del año crecen el 5,19%, cuando en los ejercicio anteriores aumentaban a tasas superiores al 10%. La seguridad de estos productos empieza a interesar menos a los ahorraddores.

El gusto por el dinero en metálico

Las familias españolas continúan acumulando euros en metálico. Al cierre de 2001, días antes del cambio físico de las pesetas por euros, los españoles tenían en metálico 41.059 millones de euros. La cifra se eleva hasta los 56.152 millones al cierre del primer semestre del año.

En estos meses, los españoles han acrecentado sus reservas de dinero metálico un 11%. Estos fuertes vaivenes en la existencia de dinero físico no se corresponde, según apuntan expertos consultados, con ninguna variable económica y obedece únicamente al deseo de atesoramiento.

Los movimientos producidos entre 2001 y 2002 obedecieron en gran medida al traspaso del dinero negro en pesetas para convertirse en dienro neggro ahora en euros. Esta magnitud de dinero contante y sonante alcanza en este primer semestre del año su volumen histórico más abultado.

Los expertos, sin embargo, consieran que para las habituales transacciones económicas no sería necesaria tan ingente cantidad de billetes en metálico. Tampoco se puede argumentar que todo el exceso obedezca a dinero no declarado fiscalmente. En capas de la población sigue habiendo una desconfianza a los circuitoos financieros y se prefiere tener el dinero debajo del colchón.

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