Sergio García borda el juego largo
Largo y recto. Esa es la definición del juego de Sergio García. Tan largo y tan recto como alcanzar 192 metros de salida con un hierro siete y dejar la bola a menos de cien centímetros del hoyo. "¡Qué barbaridad!, ¿Pero sabéis con qué palo le ha dado? ¡Con un siete!", decía un hombre de mediana edad, uno de los muchos peregrinos que seguían embobados el partido del Niño. "Estará trucado", decía su compañero con incredulidad. Falso. No está trucado. Es que el juego largo de García es comparable al de Tiger Woods: "Le pego tanto como Tiger, pero me falla el putt", dice siempre el castellonense. Y ayer, a pesar de firmar una tarjeta de 64 golpes (-7), uno más que Casey, el líder del Open de Madrid, casi se cumplió su profecía.
García pudo haber firmado un recorrido aún más espectacular si no hubiera desaprovechado varias oportunidades de birdie en la zona donde el césped parece un tapete de billar. A pesar de eso, en la primera parte del recorrido estuvo impecable en todos los aspectos del juego y firmó dos eagles en tres hoyos. Esta temporada García ocupa el puesto 190 de la clasificación de putts por recorrido.
El castellonense, como casi siempre, no paró de bromear con su caddie, de lamentarse expresivamente de lo que no le dejó satisfecho -muy poco- y de parlotear con Adam Scott, uno de sus compañeros de partido junto a Ignacio Garrido. Precisamente, el pasado miércoles, García y el australiano estuvieron en el palco del Bernabéu. Ayer tuvieron otra visión de los jugadores del conjunto blanco. En el tee del hoyo seis, García se topó con Ronaldo, a quien lanzó la bola con la que consiguió un eagle ciego, al grito de "¡Rony, píllala!". García también estuvo brillante en el juego en las calles llegando un 89% de las veces a green.
Nacho Garrido, compañero de García, también firmó una muy apreciable tarjeta, quedándose en 68 golpes, tres más que El Niño.
Peor suerte tuvo Severiano Ballesteros. El mítico ganador de cinco grandes sigue conservando un aura de reverencia. Cada vez que saca la bola de un bunker cercano al green o desde el antegreen un espeso silencio admirativo, una esperanza de ver el viejo brillo del cántabro, ilumina a los espectadores. Ayer, otra vez, no tuvo su día (76). Sin embargo, después de García, es el jugador que más espectadores congrega a su alrededor. "Un jugador de golf no se retira", es el recurrente titular que regala Ballesteros cuando alguien le hace la impertinente pregunta de por qué razón no tira la toalla si tiene unos dolores de espalda que, en ocasiones, no le dejan ni dormir.
No estuvo demasiado fino José María Olazábal. Él mismo resumio su tarjeta, de 70 golpes: "Flojo, he estado muy flojo". Miguel Ángel Jiménez firmó una tarjeta idéntica a la del guipuzcoano. Otros dos españoles, Moreno y Fernández, dos de esos que circulan en un autobús en vez de en uno de los lujosos automóviles de la organización, firmaron sendas excelentes tarjetas con 67 golpes.
Resultados: 1. Paul Casey (Ing) 63. 2. Sergio García, 64. 3. Padraig Harrington (Irl), Robert Karlsson (Sue), 65. 5. Thomas Levet (FRA), 66. 6. Gonzalo Fernández Castaño,Manuel Moreno, 67. 15. Ignacio Garrido, 68. 36. José María Olazábal, MiguelÁngel Jiménez, 70. 46. Fernando Roca, Jesús María Arruti, Santiago Luna, Tomás Jesús Muñoz, 71. 115. Severiano Ballesteros, 76.
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