El futuro pasa por múltiples tecnologías basadas en el protocolo IP

No hay duda de que la tecnología para el desarrollo futuro de las telecomunicaciones está disponible. Las redes de móviles de tercera generación están probadas y existen terminales en cantidad suficiente para su uso inmediato. En la feria Telecom había profusión de terminales móviles que permitían ver programas de televisión o videotelefonía.

Está a punto la tecnología necesaria para el desarrollo de la "red ubicua", en la cual "cada persona pueda disfrutar de las tecnologías de información y comunicación en cualquier momento y lugar del planeta", dice Aso Taro, ministro japonés de Telecomunicaciones. El problema está en lograr un desarrollo sostenible y rentable.

El futuro, a tenor de lo visto en Telecom, no pasará por el desarrollo de una única tecnología sino de múltiples, que serán elegidas en función de su idoneidad para una aplicación, mercado y lugar concreto. El núcleo vertebrador de todo ello será el protocolo IP, especialmente en la versión 6, o IPv6, del que se habla hace años y que no acaba de arrancar por el dominio de sistemas de generaciones anteriores.

La transformación hacia el "todo IP" es evidente para Donald J. Rippert, jefe de tecnología de Accenture. No tienen discusión las ventajas que ofrece en cuanto a ahorro de tiempo y dinero y piensa que dentro de los próximos cinco años las empresas migrarán hacia el "todo IP". Rippert ve el freno en la falta de estandarización del IP. "La integración es la barrera que puede lentificar la adopción de un entorno completo IP".

Un tendencia general es que los contenidos serán independientes del tipo de red, consecuencia de las múltiples redes; el acceso a estas aplicaciones, sea a través de teléfono fijo, móvil u ordenador, será cada vez más rápido y con una gestión del espectro radioeléctrico más eficaz. En la red troncal, las transmisiones serán ópticas y ya hay prototipos de conmutadores ópticos.

El paso hacia estas redes de próxima generación, o NextGen, puede llevarse por delante toda la industria europea de telecomunicaciones, porque exigen unas inversiones muy elevadas con tiempos de amortización muy dilatados e inciertos.

En Telecom se vio el compromiso de las grandes corporaciones japonesas y la voluntad de la coreana Samsung y de las chinas Huawei i ZTE de hacerse con gran parte del mercado no sólo asiático, sino europeo y norteamericano también.