Antonio del Real presenta 'Trileros' en la Mostra acompañado de un reparto de lujo

El único estreno propiamente dicho que acoge esta edición de la Mostra, Trileros, de Antonio del Real, desplegó ayer toda su artillería "para que la gente sepa que existe", según su propio director. Los seis protagonistas de la cinta convirtieron la rueda de prensa de presentación del filme en un acto reivindicativo del cine español frente al cine americano. Por su parte, la sección oficial sigue sin ofrecer películas de suficiente calidad, ya que tanto la portuguesa Mulher polícia como la tunecina La boîte magique son sólo sendas trampas esteticistas para enganchar al espectador.

Un reparto de lujo, compuesto por Pepe Sancho, Juan Echanove, Antonio Gamero, Esther Cañadas, Mariola Fuentes y Juanjo Puigcorbé, arropó a Antonio del Real en el estreno de Trileros, "la historia de unos marginados a los que el azar les brinda la oportunidad de salir del agujero negro en que se encuentran, hecha en clave de comedia", según la definición de su realizador. La película, rodada en la Comunidad Valenciana, supone el debut en un papel protagonista para la modelo alicantina Esther Cañadas, a quien Del Real seleccionó tras hablar con ella y darse cuenta de que "aparte de ser guapa, no era gilipollas", como explicó entre risas.

Aparte de las flores verbales que todos sus compañeros de reparto dedicaron a Cañadas, la presentación de Trileros sirvió también para reivindicar los valores del cine español frente al imperio americano, "la lucha de un enano contra miles de gigantes", en palabras de Del Real. Juan Echanove fue quien más crítico se mostró al pedir para el cine español "una identidad propia", antes de que Puigcorbé lo comparara con "un equipo modesto de segunda división que a veces le gana a un poderoso en la Copa del Rey". Trileros se estrenará en las salas comerciales el próximo 30 de enero y constituye la única premiere propiamente dicha de las programadas por la Mostra, ya que Planta cuarta finaliza en Valencia su periplo de festivales. Una circunstancia de la que, con toda probabilidad, no disfrutarán las dos películas que entraron en competición en la jornada de ayer.

La portuguesa Mulher polícia, de Joaquim Sapinho, intenta crear un lenguaje cinematográfico propio, próximo a su compatriota Manoel de Oliveira, pero naufraga por el esquematismo de unos personajes que nunca acaban de ser transparentes para el espectador. La misma vocación esteticista tiene la tunecina La boîte magique, de Ridha Behi, que recurre a la poesía para contar una historia del cine dentro del cine, pero su apuesta por engarzar la vida real con el imaginario y los recuerdos infantiles patina a consecuencia de la poca consistencia de ambas historias, teniendo en cuenta los referentes en los que se apoya: Ocho y medio, de Fellini, y Cinema Paradiso, de Tornatore.