Jorge saca al Atlético de la UVI
Un gol en el último minuto cambia el desenlace de un choque que el Mallorca casi gana
Ya no había tiempo ni ilusión para nada. El Atlético estaba roto, descompuesto y desconectado de la grada, tumbado en el barro de la tabla tras otro partido desastroso, tras otra sesión de simples ganas pero muy poco fútbol. Empatado en el marcador, pero derrotado sobre el campo, con el gol más cerca del Mallorca y unos cuantos jugadores atléticos fuera de sí, en el centro de todas las camorras. Y también superado en el banquillo, con Gregorio Manzano sin ideas ni soluciones, contemplando la caída del partido con los brazos cruzados, sin saber qué demonios hacer. El Atlético estaba en la UVI. Y de pronto sucedió lo que sólo puede suceder en este deporte, lo que sólo puede ocurrir en este estadio. Fernando Torres se llevó la pelota con la cabeza y fue derribado. Falta. Un lanzamiento eterno, con los jugadores de uno y otro bando enfrascados en una pelea inacabable por ganar la posición, por sumar o recortar metros, con el árbitro disparando tarjetas a diestro y siniestro, con los segundos saliéndose del cronómetro... Y al fin, tras una tensa espera, Jorge volvió a colocar la pelota en su sitio, a fijar la mirada para apuntar y a soltar un remate a la vez duro y dulce que se coló imparable por la escuadra. Y el Calderón explotó de felicidad, con los jugadores apiñados en el suelo y los aficionados presos de la locura. Por un momento pareció que el Atlético acababa de ganar la Copa de Europa. Y no. Pero sí había vuelto a nacer. Había salido milagrosamente de un estado terminal.
Así le había dejado el Mallorca tras un gran combate táctico. O así se había dejado realmente el Atlético a sí mismo, que fue perdiendo la fe con el paso de los minutos. Manzano había probado con otros nombres, con Simeone de central y Nikolaidis de punta principal para liberar al Niño, pero bien pronto se vio atrapado y encogido por el galimatías táctico del rival. El Mallorca supo a Luis Aragonés en todos los rincones tácticos del campo. En la presión en banda, en la defensa adelantada y en la rapidez con la que se montaban las contras. Y así hizo daño.
Y eso que Ibagaza, como enganche a la hora de la creación pero también como ayuda de De los Santos en los asuntos defensivos, parecía más cerca de la versión que le hizo llegar a este equipo. Que asumió los galones sin complejos, trató de tocar a la primera y siempre con daño, intentando la sorpresa ofensiva por muy forzado que pareciera el pase. Y sobre todo que buscó al Niño por los lugares que le gustan, a la espalda de los defensas, a los espacios por donde explotar su carrera.
Y eso también que a Fernando Torres se le volvió a ver feliz, con ganas de correr y desmarcarse, con moral para insistir una y otra vez en darle al compañero una opción de pase por bajo sobre la que hurgar. Le ayudó la presencia de Nikolaidis, quien sin aportar demasiado, mucha pelea y algún que otro arabesco del que salió airoso, le aclaró bastante a Torres el panorama. Más que nada, porque el Mallorca tenía a alguien más que vigilar, porque el Niño ya no era la única referencia. Sin ser aún el de los mejores días, Torres dio oxígeno al Atlético, obligó a trabajar a Miki y se reencontró con el gol. Le tocó atender en exceso a las labores defensivas, pero se le vio más en Torres que otras veces.
El problema para el Atlético fue que no tuvo más. Que no hay más esperanza de vida en este equipo que la que suministran las conexiones Ibagaza-Torres. Y que la pareja se fue apagando. Y que se apagó del todo cuando Manzano, en una decisión que el público no le perdonó y que no tendría más excusa que problemas físicos, mandó irse a la ducha al Caño.
Salió Jorge y el partido viró del todo del lado mallorquín. Al Atlético se le apagaron todas las luces, aunque no las ganas. Siguió cerca del área rival, pero sufriendo de veras en la suya, por donde asomaba de vez en cuando a toda pastilla Eto'o. El gol isleño estuvo cerca, la derrota local, el final del proyecto. Y en ésas apareció Jorge y resucitó a su equipo por una escuadra.
21
ATLÉTICO
MALLORCA
Atlético:
Burgos; Aguilera (Gaspar, m. 46), Simeone, Lequi, Sergi; Novo, De los Santos, Ibagaza (Jorge, m. 63), Musampa (Nano, m. 76); Nikolaidis y Fernando Torres.
Mallorca: Miki; Cortés, Niño, Nadal, Olaizola; Nagore, Colsa (Correa, m. 65); Campano, Bruggink (Marcos, m. 46), Nene (Stankovic, m. 46); y Eto'o.
Goles: 1-0. M. 26. Ibagaza saca una falta y Fernando Torres cabecea. 1-1. M. 38. Eto'o gana a la carrera a los dos centrales del Atlético y bate a Burgos. 2-1. M. 90. Jorge coloca en la escuadra izquierda una falta.
Árbitro: Losantos. Amonestó a Sergi, Nadal, Lequi, Simeone, Nagore y Cortés.
Unos 25.000 espectadores en el Calderón.
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