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Reportaje:

Capacitados para el deporte

La Federació d'Esports Adaptats celebra su décimo aniversario con 82 eventos deportivos para discapacitados

Más de 312.000 personas tienen alguna discapacidad en la Comunidad Valenciana, lo que representa el 9% de la población, según el INE. De ellas, una minoría, 1.200 personas, practican deporte en los 52 clubes que forman la Federació d'Esports Adaptats (Fesa), una entidad que precisamente en este Año Europeo de las Personas con Discapacidad cumple su décimo aniversario.

Para celebrar esta doble efemérides, Fesa ha organizado 82 competiciones, entre las que destacan once eventos especiales de categoría nacional e internacional. Las copas de España de vela, esgrima, atletismo y tenis en silla de ruedas, o los campeonatos nacionales de ciclismo adaptado y slalom, son sólo la punta del iceberg de la intensa actividad de esta temporada. La Fesa también ha celebrado el Campeonato de España Open Internacional de Habilidad de Conductores Discapacitados en el Circuito Ricardo Tormo de Cheste, y para diciembre está prevista en Benicarló la realización del Miting Internacional de Natación Adaptada. Un calendario de lujo que se suma a otras competiciones autonómicas de boccia, fútbol sala, baloncesto y hoquey en silla de ruedas, goalball o halterofilia.

En la última temporada los valencianos siguen en la cima del deporte adaptado mundial
Hacer deporte es una manera de reivindicar la integración social del colectivo discapacitado

"Todo este amplio repertorio deportivo refleja el buen momento que atraviesa el deporte adaptado valenciano, algo impensable en 1993 cuando se constituyó Fesa", afirma el presidente de la federación, Eugenio Jiménez. Ese año, sólo existían siete clubes deportivos de discapacitados y se organizaron tres competiciones federadas. Pero en una década se ha dado un salto de gigante. Ahora Fesa es una federación polideportiva con 52 clubes que aglutinan a discapacitados físicos, sordos, paralíticos cerebrales, trasplantados y ciegos. Para ellos, hacer deporte no sólo es competir y ganar medallas, es una manera de demostrar su aptitud y suficiencia, y de reivindicar la normalización e integración social del colectivo discapacitado, que todavía hoy sufre discriminación y exclusión.

Y una forma de asegurarse reconocimiento social es subir al podio rodeado de los aplausos de la multitud. En eso los deportistas discapacitados valencianos tienen experiencia. Como botón de muestra están las 14 medallas que ganó el equipo de Fesa en los Juegos Paralímpicos de Sydney de 2000, en los que España quedó en el tercer puesto. Y en la última temporada los valencianos siguen en la cima del deporte adaptado mundial. Diez deportistas han recogido veinte metales en diversos eventos internacionales. Los nadadores amputados Ricardo Ten y Daniel Vidal, el ciclista Maurice Eckhard, el tirador olímpico Francisco Ángel Soriano, el jugador de boccia José Vicente Gómez y el corredor en silla de ruedas Santiago Sanz, son algunas de las figuras que están en la cumbre.

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Pero la lista es más larga. El arquero Manuel Candela, la tenista Cinta Campina, los atletas ciegos David Casinos y Juan Viedna, el ciclista Manuel Díaz, los nadadores David Levecq y Vicente Gil, y el corredor con parálisis cerebral Fernando Marta son hoy campeones europeos o del mundo en su modalidad.

Si bien el deporte de elite es más mediático, Fesa tiene una buena cantera de deporte base para niños en 98 escuelas de iniciación al deporte adaptado repartidas en trece municipios, principalmente en Valencia, Torrent, Castellón, Alcoi, Elx, Mislata y Paterna.

La experiencia adquirida en diez años ha permitido a la federación crear servicios que han facilitado la integración de los discapacitados. Hoy Fesa gestiona como centro especial de empleo las piscinas cubiertas de Campanar en Valencia, Requena y Almàssera, un servicio de fisioterapia y de medicina deportiva, y el programa Hospi Esport de rehabilitación mediante el deporte de pacientes con movilidad reducida ingresados en hospitales. Sin duda, la discapacidad no es obstáculo para el deporte, cualquier miembro del cuerpo con movilidad se convierte en el motor de estos deportistas, haciendo suya la premisa de Arquímedes: "Dadme un punto de apoyo y moveré la tierra".

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