Consolidación con dudas

Los mercados de valores cierran esta semana prácticamente en blanco ante el escaso optimismo que los datos económicos han despertado entre los inversores, al no anticipar con decisión el momento de la recuperación. El Ibex 35 termina con un avance del 0,27%, pero por debajo de los 7.000 puntos.

La situación en los mercados de valores es buena, pues ya se acumulan tres semanas de subidas que pueden considerarse como una consolidación de posiciones, pero la percepción que los inversores tienen de la actual coyuntura no termina de decantarse del lado positivo y las constantes retiradas de beneficios frenan calquier conato de subida.

La razón de la rapidez con que los inversores retiran sus beneficios está en los datos económicos, que continúan siendo poco rotundos en cuanto a la anticipación de la recuperación.

El Ibex 35 gana en la semana el 0,27%, pero continúa por debajo del nivel de los 7.000 puntos, y el índice general de la Bolsa de Madrid sube el 0,43%, para cerrar en 742,81.

El punto de partida para esta semana era muy positivo, con Wall Street en máximos anuales y la inminente publicación del Libro Beige de la Reserva Federal, del que se esperaba que confirmase los últimos avances de la economía estadounidense. Se cumplió el protocolo y la Fed anunció que hay más signos de actividad, que el consumo va bien y que el ritmo del crecimiento mejorará en esta última parte del año, pero los mercados ya habían descontado todo eso en las jornadas anteriores y los inversores necesitan más argumentos para mantener su dinero en los mercados.

Los vaivenes han sido numerosos en la mayoría de los mercados, según el dato del día se ajustara o no a las expectativas, pero con un cambio de fondo en los mercados, en los que se han prodigado las ventas.

Los analistas estadounidenses han centrado una parte de sus argumentos para justificar el estancamiento del mercado en las tensiones geopolíticas y en los problemas para encontrar financiación para la reconstrucción de Irak. Bajo esa perspectiva, tuvo más peso el descenso en las ventas al por menor que el incremento en la producción industrial de septiembre y pasó completamente inadvertido el tirón de la confianza de los consumidores en octubre, aunque todo ello ha deparado al final una leve subida en los índices, que, cuando menos, deben ser considerados como una consolidación de posiciones a la espera de que mejore la situación.

Para los inversores españoles se ha convertido en costumbre actuar tomando como base lo que sucede en el mercado estadounidense, lo que forzosamente deja de lado los datos internos. El IPC de septiembre, que bajó una décima en tasa interanual, pasó inadvertido en un mercado en el que también hay problemas para encajar los acontecimientos externos con la marcha de algunos valores.