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Reportaje:

El Ferguson de Leganés

El argentino Pekerman, director deportivo del club madrileño, niega que margine a los españoles

Suena la melodía de un móvil y José Néstor Pekerman (Villa Domínguez, Argentina, 1949) baja los ojos hacia la pantalla del aparato, pulsa un botón y grita: "¡Hola Fabri!". Fabri resulta ser Coloccini, el pelirrojo defensa del Villarreal. Uno de los cientos de jugadores que han pasado por las manos de Pekerman en las selecciones inferiores argentinas. "Aimar, Tévez, Maxi Rodríguez, Riquelme, Sorín... son tantos", recita en voz baja el director deportivo del Leganés.

Porque resulta que Pekerman, uno de los nombres que sonaban para hacerse cargo del combinado absoluto argentino, es desde hace tres meses una suerte de Sir Álex Ferguson del sur de Madrid. El jefe de un heterodoxo proyecto liderado por el empresario musical bonaerense Daniel Grinbank, que entró en la entidad a golpe de talonario el pasado mes de julio, aparcando a Jesús Polo, hasta entonces el propietario, en el palco como una figura decorativa. Junto a Pekerman desembarcó el técnico Carlos Aimar. Un preparador veterano que en las siete primeras jornadas de Liga ha alineado varias veces un once completamante argentino. "Ya se acabó lo de hablar de españoles y no españoles en este equipo", dice sin agresividad Pekerman: "Esto es una plantilla y da igual de donde son los futbolistas".

Una frase con la que no están de acuerdo algunos de los jugadores españoles que siguen en el equipo. Los supervivientes de otras temporadas se sienten "marginados", según confiesan algunos. Una revelación que el director deportivo niega: "Fue una sorpresa muy desagradable. Ese clima del que se habló no es real. Es totalmente falso".

Pekerman, con el pelo desordenado brotándole en cualquier dirección, también esgrime como argumento de la escasa variedad nacional de su plantilla "el poco tiempo que tuvimos para formar un equipo de garantías y conocer a los chicos que ya estaban". El Leganés había formado una plantilla pensando en la Segunda B y sólo el descenso administrativo del Compostela les permitió permanecer en Segunda. Ahora, tres meses después, el Leganés marcha en la octava posición de Segunda a sólo cuatro puntos del ascenso. Sin embargo, Pekerman analiza sus primeras semanas como "una etapa difícil". Y achaca esas dificultades a "una situación atípica que necesita integrar una presencia diferente".

Pekerman no niega de manera tajante que uno de los propósitos de Grinbank, su jefe y propietario de los derechos de varios jugadores de la plantilla, sea el de montar una especie de tienda y escaparate de futbolistas suramericanos: "Es cierto que los jugadores que vengan a Leganés van a tener una muy buena posibilidad de demostrar su verdadero potencial". Y aún va un paso más allá: "Muchos chicos cuando llegan a otros clubes de su país de origen no triunfan porque se sienten desubicados". Uno de los proyectos de Pekerman es la de ofrecer el Leganés como club nodriza de los grandes: "Me encantaría que nos vieran como un club donde sus chavales pueden desarrollarse". "Queremos que el Leganés se convierta en una entidad escuela", dice con convicción. Pekerman exhibe como un triunfo la promoción "de cinco chavales del filial". Uno de ellos, Borja, ha sido el único español sobre el césped del equipo en dos ocasiones.

Pekerman rechaza las comparaciones entre su jefe, Grinbank, y otros compradores de clubes en rebajas de dudosas intenciones, como Dimitri Piterman, en el Racing o Marcelo Tinelli, en el Badajoz. "Entiendo que cause recelo, pero es una persona muy seria con un proyecto definido".

Pekerman no tiene una visión especialmente halagueña del fútbol moderno: "El circo actual puede ser atractivo , pero perjudica a los jugadores porque van de allá para acá como mercancias".

José Pekerman.
José Pekerman.REUTERS

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