¿Monte público o coto?
El plan del Ayuntamiento de Valdemaqueda de expropiar unas tierras destinadas ahora a la caza enfrenta a ediles y propietarios
O coto de caza o monte público. Los montes de Valdemaqueda, al suroeste de la región, han sido motivo de continuas disputas entre el Ayuntamiento de la localidad (PSOE) y los propietarios de parte de los terrenos. La zona tiene unos valores ecológicos excepcionales, ya que abundan especies en peligro de extinción como el águila imperial, el buitre negro, la cigüeña negra y el lince ibérico. Es un espacio codiciado por los amantes de la caza, los ecologistas que quieren preservarlo y los vecinos que desean pasear por él.
El Consistorio quiere expropiar los terrenos para que el municipio se desarrolle a través del turismo rural, y acusa a los terratenientes de usar sus "contactos con altos cargos del PP" para evitar la expropiación. Un juez ha admitido a trámite una querella del Ayuntamiento contra dos ex directores del Gobierno regional, Íñigo Sáenz de Pipaón y Ignacio López Galiacho, por supuesto tráfico de influencias.
Pero los dueños de los terrenos vinculan los deseos del Ayuntamiento de expropiar los montes con que cuatro de los siete ediles del municipio, incluido el alcalde, José Luis Sánchez Barbero, tengan empresas de construcción. El resultado de la pelea está en los juzgados: 23 recursos contencioso-administrativos abiertos y tres querellas criminales.
El incendio de septiembre
La última chispa del conflicto de Valdemaqueda saltó el pasado 20 de septiembre, cuando un incendio arrasó 120 hectáreas del cerro de Santa Catalina. Aunque fuentes de la Guardia Civil informaron en un principio de que el fuego había afectado a una finca privada, la investigación ha determinado que el siniestro dañó sobre todo la parte pública del monte, donde se iniciaron las llamas. La Guardia Civil mantiene abierta una investigación para aclarar las causas del siniestro.
La polémica por los montes de Valdemaqueda tiene su origen en el siglo pasado. En 1906, Unión Resinera Española, una empresa dedicada a la explotación de la resina de los pinos, adquirió a los duques de Medinaceli más del 90% del término municipal. Toda la actividad del pueblo se volcó en el mantenimiento de los imponentes pinares que rodean el casco urbano. Pero la alegría duró poco. La resina cayó en desuso, los bosques dejaron de ser rentables y Valdemaqueda se quedó sin trabajo y sin pinos.
A finales de 1996 se firmó un convenio entre la Unión Resinera, el Ayuntamiento y la Comunidad para que ésta adquiriese los terrenos de la empresa y los disfrutasen los vecinos. De las 5.000 hectáreas que tiene Valdemaqueda, 2.000 son de la Comunidad, 190 del Ayuntamiento y 2.700 están en manos de particulares.
En junio de 2002 el pleno aprobó por unanimidad una modificación del plan urbanístico que calificaba como "monte de utilidad pública" 800 hectáreas de cuatro particulares. El acuerdo impedía la caza en esos terrenos y permitía su expropiación.
Los residentes del pueblo denuncian que todos los caminos del monte están bloqueados por las fincas privadas y que los terratenientes han convertido la zona en un coto privado de caza "para unos cuantos".
Los propietarios privados dicen sentirse acorralados por las "maniobras del Ayuntamiento y los vecinos". "Es difícil de creer que una corporación con probadas actividades urbanísticas justifique sus actuaciones con la protección de las aves. Pretenden proteger a la cigüeña negra expropiando un camino próximo a su nido para dedicarlo a paseo para turistas", asegura un ganadero.
El alcalde admite que él y otros concejales tienen "pequeñas empresas constructoras". "No cobramos un sueldo del Ayuntamiento. Es un pueblo pequeño y aquí todos nos dedicamos a la fontanería, a la panadería, a la construcción... Son empresas pequeñas y familiares que no trabajan nada en Valdemaqueda, porque esta zona está protegida y apenas se puede construir. Si acaso, hacemos alguna chapuza", explica el primer edil.
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