Lectura contra la telebasura

Quisiéramos creer, de buena fe, a Gaspar Zarrías cuando declara, en un reciente titular en este diario, "punto y final a la telebasura" y Consejo Audiovisual de Andalucía, ya. Nos duele, como andaluces, comprobar que Canal Sur sostiene con dinero público parte de las tendencias más morbosas de las televisiones privadas, favoreciendo la banalidad y la irreflexión colectiva. Los mal llamados "programas del corazón" han llegado al límite de confundir la desvergüenza "de lo rosa" con el "brillo maloliente" de la corrupción urbanística en el entorno del Ayuntamiento de Marbella, elevando a la fama a personajes sin mérito alguno, sin analizar realmente lo ocurrido, para mayor confusión y descrédito de los políticos y de a democracia. Esto nos parece muy grave. ¿Es que falta imaginación para ofrecerle a los espectadores programas atractivos que formen o entretengan invitando a la reflexión y que, al mismo tiempo, reflejen otra escala de valores, sin ser necesariamente aburridos?

Por el contrario, queremos felicitar a RTVA por su esfuerzo en ofrecer a través de Canal 2 Andalucía una programación más ética e inteligente. Especialmente, quisiéramos felicitar su interés por fomentar la lectura, reconocido por el premio de los Editores, y, más concretamente, al programa El público lee, que tan brillantemente presenta Jesús Vigorra. Un programa ágil, bien diseñado, que favorece el encuentro entre autores y lectores en torno al libro, como símbolo cálido y noble de una sociedad reflexiva y creadora que aspira a la dignidad de todos. Porque leer libros y leer prensa supone una disposición activa y plural hacia la comprensión de las personas y de la sociedad común, de la que interdependemos, más allá de los valores individualistas, consumistas y morbosos que se traslucen en la telebasura. La lectura puede y debe ser compatible -si ponemos imaginación- con una televisión inteligente y con el uso de las nuevas tecnologías. Nos va, como ciudadanos y demócratas, mucho en ello.