José Monleón defiende el encuentro de culturas al recibir la medalla del Círculo
El crítico teatral, ensayista, dramaturgo, gestor y agitador José Monleón (Tavernes de la Valldigna, Valencia, 1927) defendió ayer el diálogo entre culturas, "la construcción de espacios de encuentro que permitan mantener el perfil crítico y la lucidez" y la supremacía de las personas sobre los principios al recibir en Madrid la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes.
José Monleón estuvo rodeado de amigos de diversos campos y etapas de su vida, desde Alfonso Guerra a Blanca Marsillach, pasando por Carlos García Gual, Juan Eduardo Zúñiga, Julio Diamante, Jesús Campos, Ignacio Amestoy, Manuel Galiana, José Luis Alonso de Santos, el embajador de Túnez en España o Icíar Pascual, entre otros muchos.
Después de que el presidente del Círculo, Juan Miguel Hernández León, le impusiera la distinción, Monleón improvisó un breve discurso, emocionado pero sin perder el temple, en el que destacó la necesidad de "dar respuestas desde la sociedad civil a las incongruencias del poder público", sobre todo en esta época en que "es tan difícil oír hablar de las personas, en que los periódicos y los políticos no hablan de las personas y estamos perdiendo la tarde amable, la tertulia, la cocina, todo lo que da sentido a esto".
Unos cincuenta amigos y cómplices ovacionaron fuertemente a este luchador que lleva casi cincuenta años promoviendo y protagonizando acciones, publicaciones, clases, festivales y colaboraciones (con Alberti, Espriu, Núria Espert o Marsillach) desde que en 1956 dejó su bufete de abogado en Valencia y se instaló en Madrid.
Catedrático de la Escuela de Arte Dramático, Monleón sigue hoy al frente de la revista teatral Primer Acto, que fundara hace ya medio siglo, y dirige la Fundación Instituto del Teatro del Mediterráneo, operativa en veinte países, y el Festival Internacional Madrid Sur, que este año llega a su octava edición.
"Estos actos sirven para repasar las vidas, y aquí recuerdo los principios de Primer Acto y los años de Triunfo, y veo que es necesario seguir manteniendo el honor y la vergüenza de ser seres humanos. Porque todos los días vemos cosas que nos hacen seguir manteniendo la esperanza, y cosas que nos dicen que no vale la pena vivir".
