Primera víctima del CNI
El sargento primero José Antonio Bernal, de 33 años, que ingresó en 1995 en el servicio secreto, procedente del Ejército del Aire, no sólo es el primer muerto en acto de servicio del CNI, con poco más de un año de existencia, sino también de su antecesor el Cesid, fundado en 1997 por el general Manuel Gutiérrez Mellado. Se trata de la primera vez en democracia que un agente secreto es asesinado. En los años setenta, un militar vinculado al Cesid murió en un atentado, pero ETA no aludió a este hecho al reivindicar el crimen y tampoco se hizo pública tal circunstancia por los responsables del centro, quienes siempre pensaron que se le había elegido como objetivo por su condición de militar, como tantas víctimas de ETA. También ha habido otros muertos, pero o no eran funcionarios, sino colaboradores más o menos esporádicos, o su muerte se produjo en accidente, aunque éste estuviera ligado a un servicio. En cambio, el caso de Bernal supone el asesinato de un agente desvinculado totalmente del Ejército y en el ejercicio de su trabajo como espía.
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