Los visitantes del CGAC, reducidos a estatuas de yeso y azúcar
¿Qué pinta el retrato en la época digital? El Centro Gallego de Arte Contemporáneo (CGAC) de Santiago de Compostela responde a la pregunta con Body Scan 1:9, un proyecto de la artista alemana Karin Sander que utiliza la tecnología más moderna para enfrentarse con uno de los géneros más tradicionales del arte. El proyecto, que forma parte de las iniciativas para conmemorar el décimo aniversario del CGAC, requiere la participación de los visitantes que, hasta final de octubre, podrán hacerse escanear para convertirse en obras de arte de una exposición y luego ser parte del fondo artístico del centro.
Las figuras de Sander requieren un complejo proceso de producción que empieza introduciendo a la persona en una estructura, donde cuatro cámaras de rayos láser escanean completamente el cuerpo para recabar un archivo de datos en tres dimensiones.
El archivo, por ejemplo Manuel Fraga, es enviado a una impresora tridimensional que, con una mezcla de yeso y azúcar, realiza una copia exacta del presidente de la Xunta, pero a escala 1:9.
Sander actualiza y transforma el clásico tema del retrato, renunciando a cualquier interpretación. "La persona elige la posición que más refleja su forma de ser, así que en parte es también un autorretrato. Una vez convertidos en piezas de exposición, los participantes vuelven a descubrirse a sí mismos", afirma Sander, que trabaja con escáner corporal desde 1997.
"Me enteré de que unas empresas de sostenes utilizaban escáneres corporales para realizar prendas que se adaptaran perfectamente al cuerpo", recuerda la artista, que presentó la primera versión del proyecto en 1998 en Stuttgart. Entonces las figuras eran de material plástico coloreado y el proceso, que hoy tarda dos horas y media, requería casi un día.
Por 15 euros, los visitantes del CGAC que se hayan dejado escanear podrán adquirir un certificado con una impresión de su figura firmada por la artista. En este caso, tratándose de un museo, las piezas no están en venta, pero si lo fueran superarían los 2.000 euros, como pasó en Basilea, donde Sander presentó una versión similar. "Entonces las piezas eran a escala 1:7 y en color verde, el color de los datos".
Sander ha trabajado con nuevas tecnologías también en el proyecto Diplomat Presents, un libro electrónico colocado en un atril en la sede berlinesa del Gobierno, que contiene imágenes de los regalos de las delegaciones extranjeras. El libro permite agregar presentes.
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