Horas extraordinarias en el Metro

Lo que sucede con las horas extraordinarias voluntarias en las grandes empresas en la Comunidad de Madrid, sobre todo en las públicas, es una de las muestras más llamativas de la hipocresía de los sindicatos y los gobiernos implicados en la gestión de dichas empresas.

Un ejemplo de esta situación es lo que sucede en el metro de la capital, Madrid. Sólo en el último mes de julio (último dato oficial conocido) se han realizado casi 22.000 horas extra. Esas miles de horas se realizan en cualquier modalidad y, mayormente, por quienes prestan servicio en contacto con el público, como conductores de trenes y convoyes y personal que trabaja en las estaciones.

Se amplían jornadas, llegando hasta las 16 horas (o casi) continuadas; se unen semiturnos, realizándose jornadas de casi 12 horas seguidas; se prolonga la jornada por parte de trabajadores que trabajan de noche.

En fin, se puede realizar cualquier disparate, hasta concluir, incluso, en trabajadores que ¡sólo en un mes! han rebasado el límite legal de 80 horas trabajadas al año.

En el metro de la capital ese volumen de horas extra, mes a mes y año tras año, demuestra que la plantilla es muy insuficiente, que la calidad de servicio es muy deficiente y que se precisa contratar inmediatamente a varios centenares de trabajadores.