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Juicio contra un hombre acusado de emborrachar a niños para violarlos

El reo, vecino de Móstoles, también está acusado de abusar sexualmente de dos hijos

La Audiencia de Madrid sentará a partir del próximo miércoles en el banquillo de los acusados a un supuesto pederasta cuya táctica para violar o abusar sexualmente de sus víctimas, todas ellas menores de edad, era drogarlos y emborracharlos. Dos de los jóvenes a los que drogó y embriagó en varias ocasiones para abusar de ellos fueron sus propios hijos, de 13 y 15 años. El acusado, G. T. S., se enfrenta a una petición de cárcel del fiscal de 80 años por 13 delitos: 6 de violación y abuso sexual y el resto por exhibición de pornografía a menores y tráfico de drogas.

El fiscal también le pide tres años de cárcel por otros delitos de tráfico de drogas, puesto que en un registro en su domicilio de Móstoles, donde cometió casi todas sus fechorías, se le halló hachís, droga que supuestamente dio a fumar a algunas de sus víctimas para captar su voluntad y mantener relaciones sexuales con ellas.

Las supuestas fechorías de G. T. S. comienzan en el mes de julio de 1992. En una sala de juegos recreativos de Alcorcón conoció a una chica de 15 años hija de un matrimonio desestructurado. El padre era alcohólico y ella estaba en una situación de semiabandono, según el fiscal. El procesado la convenció para que se fuese a vivir con él a su domicilio de Móstoles. El procesado vivía con otras personas en esta vivienda (la fiscalía no precisa si se trataba o no de familiares del procesado). A partir de 1993, G. T. S. comenzó a violar a la chica -al menos, según el fiscal, lo hizo tres veces- tras amenazarle con echarla de casa si no accedía a sus propósitos sexuales. También la amenazó con forzarla a ser prostituta.

Su táctica era hacer creer a los menores con los que hacía amistad en la calle que él les protegería. Para ganarse la confianza de un joven de 15 años amigo de su hijo, le prometió que le compraría una moto. Comenzó a abusar del amigo de su hijo a partir de diciembre de 2001. La primera vez que el amigo de su hijo se quedó a dormir en casa del procesado, éste lo violó tras emborracharle. Bajo el pretexto de que no había camas para todos y de que la cama de su hijo era muy pequeña para dos, propuso al menor que se fuese con él a su dormitorio.

Según el fiscal, una vez ambos en la cama -el menor, soñoliento y embriagado-, el acusado empezó a tocarle. El joven protestó y quiso irse, pero no pudo, ya que su agresor le agarró con fiereza por la espalda y a continuación lo violó.

"Con la mente en blanco"

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El joven, según relató tiempo después ante el juez, recuerda que aquella noche se quedó "inmóvil" y con "la mente en blanco". G. T. S. le prometía regalos y se aprovechó "también de su ascendiente sobre el menor y de la diferencia de edad" para violarle en "varias ocasiones más". Para apagar la voluntad del adolescente, le daba alcohol y tranquilizantes.

Pero sus fechorías no se detuvieron ahí. Siguieron, y en ellas involucró incluso a dos de sus hijos, menores de edad, según el relato del fiscal. "Entre septiembre de 2001 y marzo de 2002, organizó una sesión fotográfica de contenido pornografico" en la que utilizó a su hijo y a un amigo de éste. Emborrachó a ambos y los convenció para que se desnudaran, a la vez que contrató a dos mujeres para que también se desnudaran mientras todos eran fotografiados "por terceras personas". En otra ocasión contrató a una prostituta negra brasileña, según el fiscal, para que mantuviese relaciones sexuales con el amigo de su hijo, al que con frecuencia también exhibía películas pornográficas. Las mismas películas que en otras ocasiones puso para que las viesen sus dos hijos menores y la chica antes citada.

Además, entre octubre y noviembre de 2001, efectuó tocamientos, también tras emborracharle, a un joven de 13 años que acudía por primera vez a su domicilio preguntando por sus hijos.

Cuenta la Fiscalía de Madrid que, en octubre de 2001, el procesado "comenzó a fijarse" en el segundo de sus hijos, de sólo 13 años de edad. Algunos fines de semana, aprovechando que el hijo mayor, de 15 años, no estaba en casa, daba a éste alcohol y ansiolíticos hasta dejarlo casi inconsciente, para luego violarlo. Lo hizo, al menos, en tres ocasiones. El fiscal ha acreditado también que el procesado dio hachís a sus hijos y a un amigo de éstos con el mismo objetivo. En un registro efectuado en casa del acusado, los agentes hallaron hachís y medicación antidepresora del sistema nervioso. Los hechos relatados constituyen, a juicio del fiscal, tres delitos de violación, uno de agresión sexual, otro continuado de abuso sexual, dos de utilización de menores con fines pornográficos, otro de exhibición de material pornográfico ante menores, otro de abuso sexual continuado y otro delito contra la salud pública.

Entiende el fiscal que el acusado no padece ninguna patología mental que permita atenuarle la pena y, entre otras cosas, exige que indemnice a todas sus víctimas con un total de 113.000 euros. Para uno de los hijos violados el fiscal quiere que la indemnización sea de 60.000 euros.

En prisión

Los problemas con el padre fueron detectados en la escuela a la que asistían estos menores, que precisaron asistencia psicólogica en centros médicos. El procesado se haya en la actualidad en prisión provisional a la espera del juicio. Los menores de los que abusó, incluidos los hijos, le han denunciado. El juicio contra este hombre comenzará el próximo miércoles en la Audiencia de Madrid y durará casi una semana. Es previsible que los interrogatorios de los menores afectados por estas atrocidades se efectúen a puerta cerrada.

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