El Mercado de Música de Vic refleja el vigor de la escena independiente

El Mercado de Música Viva de Vic (Barcelona) es punto de encuentro de la industria musical nacional y aspira con fundamento a ser referencial también para la del sur de Europa. Ayer se celebró la segunda jornada de actividades de esta decimoquinta edición, que se clausura hoy, durante la que destacó la constatación de que la escena musical independiente española cuenta con proyectos más que solventes. Las actuaciones de bandas como Madee o Refree destacaron en un programa versátil en el que las propuestas musicales de obediencia no anglosajona coparon el protagonismo.

La actividad del Mercado de Música tiene por epicentro una ciudad, Vic, que ofrece su casco urbano para que en él se instalen 10 escenarios, cuatro de los cuales son de acceso gratuito. De esta forma, la música toma la ciudad en el sentido más estricto de la palabra, habida cuenta de que, además, la organización no zancadillea la celebración del InVictro, una suerte de off-Mercat que se desarrolla de manera paralela al festival oficial.

Así las cosas, durante todo el fin de semana se han podido escuchar en Vic todo tipo de músicas, desde el trance electrónico inspirado en los derviches giróvagos, que propuso el turco Mercan Dede, hasta el raï de nueva factura encarnado en Cheb Bilal -una de las estrellas emergentes de la música popular y ligera del Magreb-, pasando por la espléndida canción de autor de Roger Mas, el free-jazz de Agustí Fernández revolcándose en Ornette Coleman, la locura ecléctica y festiva de los suizos I Mericani, el irónico y elegante sentido del humor del uruguayo Leo Maslíah -un excelente domador de la lengua española-, o las lecciones de pop independiente expendidas el viernes por bandas como Madee o Refree.

Dado que parte de los escenarios están al aire libre, la meteorología también tiene palabra en este mosaico de estilos, idiomas y sensibilidades, de suerte que la aparatosa presencia de la lluvia impidió que en la tarde del sábado se celebrasen los conciertos programados sin techumbre. Paradójicamente, fue la representación del País Vasco, una de las comunidades que más han apostado por el Mercado como plataforma de exportación de su música, la más afectada por la lluvia, por lo que artistas como Xavier Montoia no pudieron actuar. A la hora de cerrar esta edición aún se estaba pendiente del cielo para saber si podrían tener lugar las actuaciones de grupos como Zenzile (dub facturado en Francia), Meï Teï Shô (afrobeat nacido en París) o Pomada (reinvención del cancionero catalán mediante la tecnología).

En Vic hay acreditados cerca de 600 profesionales que han podido disfrutar de espléndidas actuaciones, como las reseñadas de Madee -una banda barcelonesa de pop-rock independiente capaz de generar tensión en cada acorde- o de Refree, otro proyecto barcelonés que en este caso hace de la suavidad y el matiz intimista su seña de identidad. No menos interesante fue la presencia de Cool Hipnoise, una banda de reggae y funk procedente de Portugal que recordó que este país, a menudo soslayado por próximo, también existe. En cierto sentido, ésta es la función que ha asumido el Mercado de Vic: reseñar la existencia de una industria musical que vive sin necesidad de ser expuesta en los grandes escaparates y que hace de la curiosidad su motor.