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Reportaje:EXCURSIONES | Cueva Valiente

El ojo del gigante

Esta recóndita caverna, frecuentada antaño por bandoleros, da nombre al monte más alto de la sierra de Malagón

Sobre los Pinares Llanos de Peguerinos, allí donde Ávila se besa con Segovia y Madrid, descuella Cueva Valiente, un monte que de oscura cueva tiene poco -antes al contrario, con sus 1.903 metros, es el pico más alto, luminoso y ventilado de la sierra de Malagón- y menos de valiente, pues se deja conquistar fácilmente por media docena de caminos.

Lo que pocos de sus conquistadores saben es que, en un apartado risco de la ladera noroccidental, a 1.780 metros de altura, se esconde una auténtica cueva, la que antaño dio nombre al monte. Para llegar hasta ella, hay que ser hábil con el mapa, la brújula y el altímetro. ¿Y valiente? No, si acaso paciente.

Al encanto de su soledad y al desafío que plantea su búsqueda, debe añadirse, como un atractivo más de la cueva, el de su rareza, pues el granito no es una roca que se preste naturalmente a la formación de cavernas. Se cree, por ello, que es artificial, e incluso se le ha señalado como posible origen una explotación de caolín. Así lo sospechó y lo dijo, en 1921, Constancio Bernaldo de Quirós, pero él era experto en derecho penal y no ingeniero de minas.

Los helechos festonean, a modo de gigantescas pestañas, esta roca de granito

Más probable parece su uso como guarida de malhechores: "Un antiguo guarda de Pinares Llanos" -leemos en la revista Peñalara de noviembre de 1914- "aseguraba haber hallado, más de una vez, excrementos de caballo en el interior de la cueva; otro, la relacionaba con el llamado Rancho de los Contrabandistas, ruinas perdidas que se ven en el Pinar de Peguerinos, por encima de la Fuente del Rodeo de Arriba". ¿Sería uno de sus inquilinos el bandolero Juan Plaza, cuyo nombre aún lleva un cercano peñón? Todo pudiera ser.

Para ir en busca de la cueva, nos acercaremos en coche desde el puerto de Guadarrama al collado del Hornillo (1.634 metros) y nos echaremos a andar por una de las dos pistas forestales que aquí nacen, no por la que desciende, sino por la que sube suavemente -tanto, que al principio parece llana- hacia un saliente rocoso de 1.703 metros.

Al pasar por esta elevación, el camino permite ver un instante la cara soleada de Cueva Valiente -no así la cavidad, que se oculta en la umbría-. Acto seguido, el camino baja con una fuerte pendiente hasta cruzar un regato -afluente del arroyo Mayor- por la cota de los 1.580 metros. Todo ello, a través de un hermoso pinar.

Poco más adelante, a unos tres cuartos de hora del inicio, llegaremos a una bifurcación en la que tiraremos a la izquierda para rebasar otro saliente rocoso -Cabeza del Buey, 1.537 metros- y luego descender al encuentro de un segundo regato.

En este punto, el más bajo del recorrido (1.500 metros), el camino vira para subir a repecho por la margen derecha del arroyo y, después de cruzar su menguado caudal, encaramarse a un tercer saliente (1.620 metros) por donde corre la alambrada que marca el límite entre Ávila y Segovia.

Franqueando la valla por una portilla metálica y trepando a su vera por un arrastradero de troncos, llegaremos a un amplio raso en la ladera norte y a otra portilla, que también cruzaremos (1.740 metros; dos horas). Algo más arriba, a 300 metros al sursuroeste, en la base de un sombrío roquedo, hallaremos la cueva, la cual tiene unos 20 metros de profundidad y una altura superior en poco a la de un hombre.

Los helechos festonean, a modo de gigantescas pestañas, este ojo de cíclope que contempla desde hace siglos el pueblo segoviano de El Espinar, el pelado cerro del Caloco y, entre ambos, el antiguo camino de Castilla (hoy autopista A-6), donde tal vez los huéspedes de la caverna hacían sus mejores rapiñas.

Por la izquierda del roquedo, casi gateando por la empinada ladera tapizada de gayuba, arribaremos a la cima de Cueva Valiente -tres horas de marcha e inmensas vistas: desde Peñalara hasta Gredos-, y ya sólo nos restará, para concluir la gira, rodear por la derecha el cerro innominado de 1.893 metros que se yergue al sur de la cumbre, interponiéndose entre ésta y el collado del Hornillo.

Con mapa, brújula y altímetro

- Dónde. El collado del Hornillo dista 63 kilómetros de Madrid. Se va por la A-6 hasta Villalba y luego por la antigua N-VI hasta el puerto de Guadarrama, donde, a mano izquierda, arranca una carreterilla (firme en mal estado) que conduce en 6,5 kilómetros al collado del Hornillo. Es necesario usar el cuentakilómetros del coche, pues no está señalizado. También tiene acceso (nueve kilómetros, con mejor asfalto) desde el pueblo abulense de Peguerinos.

- Cuándo. Hay que elegir un día de bonanza meteorológica, pues la niebla, la lluvia o la nieve pueden complicar sobremanera esta ruta circular de ocho kilómetros y cuatro horas de duración, con un desnivel acumulado de 470 metros y una dificultad alta, sólo recomendable para personas con una buena capacidad de orientación.

- Quién. La Comunidad de Madrid ha publicado una edición facsímil de la vieja revista Peñalara (1913-1914), donde aparece la primera descripción, foto incluida, de la cueva.

- Y qué más. Se debe llevar altímetro, brújula y el mapa Sierra de Guadarrama de La Tienda Verde (tel.: 91-534 32 57) o, en su defecto, las hojas 17-20 y 18-20 del Servicio Geográfico del Ejército.

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