El joven denunció que no recibía tratamiento médico en el centro
José Rabadán Pardo, que cumplirá en noviembre 20 años, denunció en diciembre de 2002 la situación en la que se encontraba en el centro al que fue trasladado tras entrar en vigor la Ley del Menor, para cumplir los 12 años de internamiento en un centro terapéutico a que fue condenado por el asesinato de sus padres y hermana el 1 de abril de 2000.
En una carta enviada a la directora del diario La Opinión de Murcia aducía que "este centro educativo de jóvenes de Murcia [Las Moreras] no es precisamente el apropiado ni especializado para tratar" la "epilepsia cerebral" que le fue diagnosticada por los dos psiquiatras contratados por su defensa.
Al final del texto publicado en ese periódico, Rabadán aseguraba: "Mientras no sea llevado al centro terapéutico fijado en la medida judicial continuaré en mi habitáculo denunciando la represión que sufro por haber solicitado legal y lícitamente que se cumpla la Ley del Menor".
Días después de la publicación de este escrito, un amigo del joven, José Manuel Quintia, apodado Capitán Timo porque se hizo pasar por militar para cometer estafas, denunció en el Juzgado de Menores al director del centro Las Moreras por una presunta violación de los derechos constitucionales del joven, ya que presuntamente este responsable abrió un expediente disciplinario a Rabadán por negarse a participar en las actividades programadas en el turno de mañana, así como a trabajar durante media hora en tareas de limpieza.
Capitán Timo
El Capitán Timo, había entablado una amistad con Rabadán cuando coincidieron en la cárcel de Murcia durante nueve meses. La relación es tan estrecha que Quintia se considera el "padre de hecho" del asesino de la catana, pese a que éste fue trasladado a Las Moreras y aquél cambió de prisión.
En la actualidad, este conflicto de Rabadán con la dirección del centro de menores había sido superado. La excursión de ayer a Elche durante la que se fugó no era la primera que realizaba con el resto de compañeros del centro y durante las salidas anteriores no había dado problemas.
Al margen de ese desacuerdo con la dirección del centro el asesino de la catana no había tenido una actitud conflictiva en Las Moreras, de la pedanía murciana de Sangonera la Verde, ni había protagonizado altercados, si bien "se mantenía muy frío", según fuentes del centro citadas por Efe. Su buen comportamiento le había granjeado informes del equipo educativo del centro favorables a salidas como la realizada ayer, siempre con autorización judicial.
El centro Las Moreras depende del Instituto de Servicios Sociales de la Región de Murcia (ISSORM), que informa de forma periódica tanto al Juzgado de Menores como al Ministerio Fiscal del comportamiento de Rabadán.
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