En pie de guerra
La capital asturiana vive un ambiente futbolístico explosivo por el acoso del Ayuntamiento al histórico Real Oviedo, un 'tercera' con 8.000 socios
Futbolísticamente, Oviedo ha retrocedido a los años 20, cuando dos clubes, el Stadium y el Deportivo, intentaban convertirse en la bandera deportiva de la ciudad. Aquello acabó en la fusión que dio origen al Real Oviedo con el fin de plantar cara al vecino, el Sporting de Gijón. Ahora, ocho decenios después, el club agoniza, víctima de un cataclismo deportivo y económico al que se ha unido el asedio del Ayuntamiento, que no repara en gastos para controlar una de las escasas actividades que se escapaba a la mayoría absoluta del alcalde, Gabino de Lorenzo (PP).
Insultos, amenazas, descalificaciones, manifestaciones ciudadanas, pintadas de advertencia, presiones más o menos explícitas... Ése es el panorama de la capital asturiana. Un ambiente enrarecido y ahora ligeramente perfumado por el inicio de la competición. Porque el Real Oviedo, en Tercera División y en pleno proceso de suspensión de pagos, reclama su derecho a vivir con la voz de sus más de 8.000 socios, un récord histórico en la modesta categoría.
Cuando se consumó su descenso de despacho a Tercera, por el impago de sus fichas a los jugadores, al mes de sufrir el deportivo a Segunda B, De Lorenzo expuso públicamente un proyecto que llevaba preparando desde mucho antes pese a que, en plena campaña electoral, había impulsado un plan de salvación. Dio por muerto al Real Oviedo y diseñó una espectacular campaña de apoyo institucional al Astur, otro club de Tercera presidido por Mario Rodríguez, un constructor de su órbita.
Para intentar apropiarse de la esencia del oviedismo, el alcalde cambió el nombre de este segundo club, ahora Oviedo ACF (Astur Club de Fútbol). Y no ha reparado en gastos ni medios. Así, ha anunciado un patrocinio institucional (91.000 euros esta temporada), la cesión de una sala para una campaña de captación de abonados con precios de saldo (un euro los niños y cinco los jóvenes de hasta 18 años) y el compromiso de mantener el número de socio del Real Oviedo cuando el ACF pueda jugar en el estadio Carlos Tartiere.
A vueltas con el estadio
Precisamente el campo es una de las pocas bazas que le quedan al Real Oviedo. En septiembre de 2000 firmó un contrato con el Ayuntamiento para su utilización exclusiva durante 25 años. Pero, en pleno furor anti-Real Oviedo, desde la sede municipal le han amenazado con el desalojo, opción descartada de momento ante la seguridad de incurrir en un allanamiento de morada. De Lorenzo lanza ahora mensajes conciliadores para compartirlo, posibilidad que encrespa a buena parte de una masa social que dio un paso al frente como dique de contención a la apisonadora del regidor.
De Lorenzo justifica su reclamación del estadio en la masa social del Oviedo ACF, superior a los 6.000 socios, según sus dirigentes. Pero desde la otra acera se pone en duda este repentino apoyo a un club que no llegaba a los 500. Incluso ha habido denuncias de los empleados de alguna empresa, incluidos en el listado sin su consentimiento. También algunos empresarios, en privado, se han quejado de las presiones municipales para apoyarlo económicamente.
La tensión ha llegado a tal extremo que los hinchas más radicales del Real Oviedo no pierden ocasión para increpar a De Lorenzo y recordarle el lema impreso en sus camisetas cuando el alcalde dio al club por liquidado: "Para acabar con el Real Oviedo tienen que acabar con los oviedistas". Por primera vez, el regidor no presidió el pasado día 19 uno de los actos centrales de las fiestas de san Mateo, el desfile folclórico del Día de América. Quizá así se ahorró otra bronca, además del curioso incidente causado por un asesore, que ordenó a la policía expulsar a una bailarina que llevaba una camiseta del Real Oviedo "por provocar".
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