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Mas pide un esfuerzo ante unas elecciones "difíciles"

Pujol dice que los dirigentes de ERC son unos "exaltados que dan grima"

Las elecciones autonómicas del próximo 16 de noviembre serán las primeras sin Jordi Pujol y "serán difíciles". Lo admitió ayer el candidato a presidir el gobierno de Cataluña, Artur Mas, en la fiesta que celebró la federación nacionalista en Castellar del Vallès. El resultado es "incierto y nuestro peor enemigo es un exceso de confianza". Por ello, el candidato de CiU espoleó a las 7.000 personas que ayer se congregaron en la fiesta de la federación nacionalista a "movilizarse. "Hay que ganar a pulso, puerta por puerta", aseguró Mas.

Y es que, en opinión de Mas, vale más asumir el papel de "tortuga perseverante que no el de liebre confiada". El candidato no quiso criticar a sus contrincantes más directos, el PSC y ERC; "pese a que se lo merecían, porque tenemos que ganar según nuestros propios méritos", dijo.

Ya se encargaron el presidente catalán Jordi Pujol y el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, de arremeter contra socialistas y republicanos. Pero Mas sí que hizo un requerimiento a los socialistas: "Que en Madrid hagan lo mismo que en Cataluña" y no utilicen un "doble lenguaje". En concreto, Mas les exhortó a defender también en Madrid el sistema de concierto económico para Cataluña, la obtención de la gestión de los aeropuertos, una selección deportiva catalana y un papel más importante en la constitución europea.

Mas se presentó como el único capaz de "conservar intacta la personalidad" de Cataluña y como su defensor contra los poderes políticos de Madrid, que tan sólo quieren "debilitar a CiU".

Pujol sí que tuvo en su punto de mira a ERC y al PSC. En su discurso -no era "el último porque a mi aún me queda cuerda", advirtió el presidente catalán- tachó a los diputados de ERC de "exaltados y alterados", e incluso aseguró que "dan grima". Los discursos de ERC son, en opinión de Pujol, una combinación de "fuegos artificiales, demagogia y pedantería". "Aún estoy esperando que vayan más allá de su discurso radical y exaltado", añadió.

La tantas veces discutida equidistancia de ERC fue puesta en duda por el presidente catalán. Pujol se remontó a las elecciones municipales y recordó que los republicanos hubieran podido gobernar con CiU en 135 poblaciones y, sin embargo, tan sólo lo hicieron en 31, porque prefirieron gobernar con los socialistas.

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Pujol tampoco olvidó criticar a los socialistas. Señaló que para ellos Cataluña es tan sólo un "trampolín a la Moncloa" y que el líder del PSC, Pasqual Maragall, "se equivoca" a menudo, como cuando dijo de los convergentes que defienden la pureza de sangre. "Cómo puede decir eso", se preguntó el presidente catalán, "cuando somos los inventores de que es catalán el que trabaja en Cataluña".

CiU tiene que ser "fuerte", en opinión de Pujol, para poder garantizar "una reforma del Estatut". Y es que, según Pujol, si Cataluña tiene una televisión autonómica y los Mossos d'Esquadra es gracias a que CiU "siempre ha sido fuerte". El presidente catalán retrocedió hasta el año 1979 para recordar: fueron PSOE, UCD y PSUC los que "impusieron un Estatuto que nosotros no queríamos", y fue CiU la que en 1982 logró que no se aplicase la LOAPA, la ley de armonización autonómica. Como atributos de la federación, Pujol mencionó "la experiencia de gobierno y la disciplina interna". Sin olvidar el "pedigrí".

El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, también lanzó los dardos contra Maragall y el PP. "Somos conscientes de que desde que el PP tiene mayoría absoluta, maltrata nuestro país y nos menosprecia". Pero también "nos maltrató el PSC cuando gobernaba en Madrid", aseguró. Duran Lleida afirmó que el PP estaba llevando bastante mal el tema del tren de la alta velocidad pero aseguró: "Los auténticos responsables de que Cataluña, haga años que no tiene el AVE, son el PSOE, el PSC y Maragall".

Duran Lleida también atribuyó la mayoría absoluta del PP a la "incapacidad" del PSOE. Tampoco el presidente del Gobierno español, José María Aznar, salió indemne del discurso de Duran Lleida. El secretario general de CiU reclamó competencias en inmigración y educación y apostó por una política "natalista" porque "un país sin crecimiento es decadente"; "y no podemos dejar que este crecimiento dependa sólo de la inmigración", matizó.

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