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Cantábrico y Naturcorp aprenden portugués

EDP confía en que el Gobierno español le autorice próximamente a ejercer su dominio en la eléctrica asturiana

El grupo energético luso Electricidade de Portugal (EDP), de mayoría estatal con un 40% del capital, confía en que el Gobierno español le autorice próximamente a ejercer sus derechos políticos en Hidroeléctrica del Cantábrico, la compañía asturiana, y su filial gasista vasca Naturcorp y asegura que "en este momento" no hay conversaciones con la francesa Électricité de France (EdF) para comprar su participación en Cantábrico. Mientras, la portuguesa ha anunciado que pondrá a la venta el 3% que posee en Iberdrola.

La francesa EdF estaría considerando la venta de su 35% en Cantábrico o, en su caso, intercambiar ese paquete por el 10% de EDP

La creación del llamado mercado ibérico de la energía -libertad de elección de suministrador por los 30 millones de consumidores de España y Portugal- sigue demorándose y a causa de esa tardanza, que las autoridades españolas atribuyen a la lenta liberalización del sector energético portugués, el Gobierno español mantiene suspendidos los derechos políticos de EDP, en Hidro Cantábrico, de la que es su principal accionista desde hace dos años. Por lo mismo también siguen suspendidos los derechos políticos de Cantábrico en la operadora gasista vasca Naturcorp, de la que la eléctrica asturiana controla una participación mayoritaria desde marzo.

Pero esta situación insólita no ha bloqueado la gobernabilidad de ambas compañías españolas, salvada por un pacto entre accionistas que permite a Caja de Asturias (Cajastur) presidir Cantábrico y Naturcorp y ejecutar las decisiones. El ministro de Economía y vicepresidente primero del Gobierno, Rodrigo Rato, aseguraba hace unos días que el proceso de creación de un mercado ibérico de eléctrico "no está para nada congelado", que ambos países sigue trabajando en ese empeño y que "2004 será el año de su concreción". El presidente de EDP, Francisco Sánchez, expresaba días más tarde su confianza en que el Gobierno español suprimirá próximamente el actual veto cautelar al ejercicio del poder accionarial de la eléctrica lusa en HC.

EDP posee el 40% de Cantábrico desde 2001 tras haber desembolsado 1.052 millones de euros, pero sólo puede ejercer los derechos políticos (la capacidad de voto y decisión en la junta general de accionistas) equivalentes al 3%. Los derechos económicos (cobro de dividendos) no están constreñidos por esa limitación. Este veto lo ejerce el Gobierno español en virtud de una disposición incorporada por el Ministerio de Economía en la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos Generales del Estado de 2000, por la que se arrogó la capacidad de limitar o impedir el dominio en sectores económicos liberalizados en España por parte de grupos empresariales de titularidad o mayoría estatal de aquellos países con mercados protegidos.

EDP, monopolística en Portugal, está participada por el Estado luso en el 40%, y el compromiso gubernamental de liberalizar el sector eléctrico del país vecino y de privatizar la compañía no acaba de materializarse. A esa demora ha respondido el Gobierno español con la prórroga de la suspensión cautelar del ejercicio de los derechos de EDP en Cantábrico y de los de Cantábrico en Naturcorp.

La apuesta de EDP por el mercado español es una decisión estratégica sentida como una opción capital tanto por la compañía estatal lusa como por las autoridades de ese país. Primero lo intentaron con Iberdrola, la segunda eléctrica española, mediante un cruce accionarial pactado entre ambas sociedades en mayo de 1998. Pero el intento de fusión entre Iberdrola y la eléctrica líder en España, Endesa, en diciembre de 2000 -luego frustrado por el veto de Rodrigo Rato-, enojó a EDP con su aliado español.

La cuarta operadora

La orfandad de Cantábrico tras la desinversión en 2001 de La Caixa, Banco Sabadell, la eléctrica estadounidense TXU y la belga Electrabel, ofreció a EDP la posibilidad de intentar por otro camino su expansión por la península Ibérica, ahora través de la empresa asturiana, que es la cuarta operadora, con una cuota de mercado del 5%. El pacto con Cajastur le permitió hacerse fuerte en Cantábrico y, tras una larga y dura batalla de "opas" y "contraopas", primero, y de una intensa negociación después, logró forzar un acuerdo con la compañía alemana Energie Baden Wutterburg (EnBW) -a su vez participada en el 25% por la compañía estatal francesa EdF- para que ésta le cediese la mayoría de control que la empresa germana había logrado en la dura lid de las ofertas públicas de adquisición. Ahora EDP posee el 40% y EnBW, el 35%. La suspensión de derechos a EDP y a EdF no supone un revés insalvable. Ambos socios cedieron la presidencia al presidente de Cajastur, Manuel Menéndez. Cajastur controla por sí y por terceros (Caser) el 25%.

EDP ha reiterado una y otra vez su plena satisfacción con la marcha de Cantábrico, sus posibilidades de crecimiento y el entendimiento con sus socios. La adjudicación por el Gobierno vasco a Cantábrico, en competencia con otras compañías, entre ellas Iberdrola, del 62% de Naturcorp el pasado mes de marzo ha sido un éxito inocultable para su estrategia. La fusión de Naturcorp con la filial gasista de Cantábrico, Gas de Asturias, ha convertido a la empresa resultante en el segundo operador español, con una cuota de mercado del 10%, sólo por detrás de Gas Natural.

Las expectativas de EDP son optimistas. Su presidente, Francisco Sánchez, ha expresado su convencimiento de que el Gobierno español acabará autorizando a la compañía portuguesa a ejercer con plenitud los derechos políticos de su 40% en Cantábrico y que esa decisión no se demorará mucho más, aunque evitó una mayor concreción. De levantarse la suspensión sobre su primer accionista, Cantábrico quedaría eximido de inmediato del veto que le impide ejercer el dominio, al menos nominal, en Naturcorp, aun cuando persista el veto sobre EnBW por su dependencia de EdF.

Un caso insólito

Hoy Cantábrico constituye un caso insólito y sin precedentes de convivencia en una compañía eléctrica española de multinacionales extranjeras. El diario parisiense Le Figaro ha llegado a asegurar que el gigante eléctrico francés EdF, al que el Gobierno galo ha exigido reordenar sus participaciones extranjeras, podría estar considerando la venta de su paquete en la empresa asturiana o, en su caso, intercambiar su 35% en Cantábrico por el 10% de la portuguesa EDP. Con ello EDP se haría con el 75% de la eléctrica asturiana y EdF pasaría a a ser uno de los accionistas significativos de la portuguesa, convertida en líder de uno de los grandes grupos ibéricos.

Sánchez, que ha desmentido la existencia "en este momento" de conversaciones con EdF para adquirir su participación en Cantábrico y que ha reiterado que EDP está "muy a gusto" con el actual reparto de capital, ha confirmado la aspiración de EDP de convertirse, con Cantábrico y Naturcorp, en el segundo grupo energético de la Península. Ello supondría arrebatar ese puesto a Iberdrola.

Precisamente, EDP acaba de anunciar que pondrá a la venta el 3% que posee de Iberdrola, a resultas del acuerdo de intercambio accionarial de mayo de 1998, que EDP da por roto pero que Iberdrola se resiste a deshacer. De hecho, Iberdrola asegura que no se desprenderá del 5% que posee en la portuguesa y exige a EDP que le reconozca el derecho preferente de recompra del 3% de su capital que EDP va a poner a la venta.

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