Joseba Egibar, primer candidato a sustituir a Arzalluz al frente del PNV
Los partidarios de Josu Jon Imaz posponen su candidatura a octubre
El portavoz de la ejecutiva del PNV, Joseba Egibar, se colocó ayer el primero en la línea de salida de la carrera para sustituir a Xabier Arzalluz, al adelantar su intención por el procedimiento de presentar firmas de afiliados ante la Comisión de Garantías. Los partidarios de su probable oponente, el portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, no lo hicieron y han optado por esperar a las asambleas locales que comienzan el 6 de octubre.
El procedimiento para la sustitución de Xabier Arzalluz al frente de la ejecutiva del PNV ha cubierto una primera pero todavía poco significativa etapa como para aventurar resultados. En la medianoche del lunes terminó el plazo de presentación de firmas, cien como mínimo, para optar por este procedimiento a la presidencia de la ejecutiva, que deberá renovarse en enero.
El PNV guarda un mutismo total, rayano en un secretismo poco explicable, pero no inhabitual en ese partido con sus asuntos internos. Así, las fuentes oficiales consultadas se negaron a lo largo del día de ayer a ofrecer cualquier información: ni el número de personas presentadas, ni los nombres, ni el número de avales aportados. "Es un proceso electoral interno y no abierto a los medios de comunicación", señalaron.
Según aseguraron ayer a este periódico dos fuentes no oficiales de ese partido, únicamente los partidarios de la candidatura del actual portavoz del partido, Joseba Egibar, entregaron finalmente las firmas recogidas en su favor, mientras que los impulsores de Josu Jon Imaz optaron a última hora por no entrar en lo que hubiera sido una primera medición de fuerzas, que prefieren posponer hasta que empiecen las asambleas municipales, el próximo 6 de octubre.
Entre otros motivos, los partidarios de Imaz, que se volcarán en la promoción de su nombre desde los aparatos de Vizcaya y Guipúzcoa durante los dos próximos meses, evitan así un primer choque que podría haber dado lugar a interpretaciones desfavorables sobre la relación de fuerzas. La comparación se habría establecido en torno al número de firmas que avalan a cada cual y quienes respaldan a Imaz no se han volcado en esa recogida de apoyos como lo han hecho los seguidores de Egibar. Éstos sí han efectuado una auténtica movilización, temerosos de que después las asambleas municipales les sean desfavorables.
El papel de Xabier Arzalluz es delicado y, aunque es conocida su preferencia por Egibar, parece difícil que se decante claramente, al menos antes de noviembre. Primero, porque corre el riesgo de perder, como ya le ocurrió con su candidato a la Diputación de Vizcaya, y eso empañaría su retirada como viejo líder de todo el partido. Segundo, porque todavía su figura puede servir, permaneciendo neutral, como solución temporal de compromiso si se hace precisa.
Por el momento, Egibar cuenta con más apoyo en los dos territorios de menor peso, Álava y Navarra, aunque la base de la primera es menos proclive a él, y también conserva influencia en Guipúzcoa, pese al distanciamiento de parte de la dirección.
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