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Reportaje:

"En septiembre, aceptamos pesetas"

Una tienda de Alcobendas permite a sus clientes pagar en la vieja moneda y duplica sus ventas respecto a 2002

"En septiembre, aceptamos el pago en pesetas". Este cartel preside, desde el pasado día 1, la puerta de un comercio situado dentro del centro comercial La Gran Manzana, en el municipio de Alcobendas (avenida de España, s/n). Su dueño, Carmelo Rey, ha decidido que durante este mes los clientes que quieran pueden pagar en la antigua moneda.

"Mucha gente que guarda en casa pequeñas cantidades de dinero en pesetas y no las cambia en el Banco de España por pereza, las está gastando aquí", explica Rey. Su iniciativa ha tenido tanto éxito que, respecto al mismo periodo de 2002, la tienda ha duplicado los ingresos. El comercio que regenta Rey es una franquicia de la cadena belga Casa, donde se puede comprar desde velas y marcos de fotos, platos o servilletas, hasta peluches u objetos de decoración.

"Pensé en algo para incentivar las ventas en este mes, que es el más bajo para la tienda", explica. Así lo primero que hizo fue preguntar en el Banco de España si podía llevar a cabo la operación. "Se sorprendieron mucho, pero me dijeron que no había ningún problema", comenta. También consultó en la Delegación de Hacienda de Alcobendas, donde, según él, lo único que le pidieron es que facturara los ingresos en euros. De momento, en los 15 primeros días del mes, la tienda ha recaudado más de 800.000 pesetas, el doble de lo que había conseguido ingresar en el mismo periodo de tiempo el año pasado. Eso sin contar lo que ha obtenido en euros, ya que los clientes también pueden pagar en la actual moneda.

El comerciante guarda por un lado los billetes de pesetas, y, por otro lado, las monedas, que ha dividido y seleccionado en distintas bolsas. "Es que en el Banco de España me han dicho que las lleve separadas", cuenta el responsable de la idea, que incluso ha inventado, con un palo de escoba, una especie de contador para las monedas de cinco pesetas.

Hasta la tienda de Alcobendas se han acercado personas de toda la región madrileña y de otras provincias para gastar las viejas pesetas. Las llevan metidas en bolsas, en huchas, en botes, en frascos de cristal... "Te ponen todas las monedas en el mostrador y, ¡hala!, nos tenemos que poner a contar", señalan los dependientes. Y muchos días, no han dado abasto: "Hemos tenido largas colas y agobios, como en la época de Navidad".

La mayoría de los clientes se han enterado de la iniciativa por el "boca a oreja". "Todas las pesetas que tenía las fui metiendo en esas huchas que hay en algunas tiendas y que luego destinan al Tercer Mundo. Pero un día me encontré con más pesetas y ya se había pasado el plazo de cambiarlas en los bancos. También habían quitado las huchas", explica Manuela. El Banco de España permite cambiar, con un plazo indefinido, las pesetas en euros, pero esta mujer reconoce que le ha dado "pereza ir al centro de Madrid". "Así que he venido aquí a ver si encuentro algo que comprar", explica, acompañada de su marido, José.

Otra clienta, Consuelo, acude con sus hijos a gastarse 8.000 pesetas. "Encontré este verano un billete de 5.000 pesetas en la cazadora de mi hijo. Se las había dado la abuela de propina y ahí se habían quedado", explica la mujer mientras el chaval asiente con cara de resignación. Consuelo gasta 1.700 pesetas en unos vasos y un abrelatas, entrega un billete de 2.000 y recibe el cambio en euros. Antes de irse, al ver que en la tienda también admiten monedas, hace un encargo a su hijo: "Mañana, a buscar todas las pesetas y todos los duros que tengamos".

Mientras, Concepción se apoya en el mostrador y saca una bolsa de tela de la que empieza a verter monedas de pesetas, grandes y pequeñas. "Tengo 1.248 pesetas. Hace unos días mi marido encontró una moneda de 500 mientras pasaba el aspirador por el coche", confiesa, y pide a uno de los empleados: "Oye, no veo bien, cuéntame tú las monedas". "Mi hija tiene un cerro de pesetas en casa", explica, con un temor: "Ya verás, se acabará el mes y se le pasará el venir".

Más de 339.000 millones aún sin canjear

El 28 de febrero de 2002 la peseta dejó de ser válida como moneda de cambio. Aun así, más de 339.000 millones de pesetas siguen en manos de los españoles, según datos extraídos de la web del Banco de España (www.bde.es). Esto significa que el 4% de las pesetas en circulación está en manos de coleccionistas, turistas extranjeros u olvidadas en abrigos y chaquetas. El organismo oficial permite cambiar las monedas, con un plazo indefinido, en su edificio de la plaza de Cibeles (por las mañanas, hasta las 13.00).

Sobre la iniciativa de la tienda de Alcobendas, un portavoz del Banco de España explicó ayer que la peseta ya no es una moneda legal de cambio. "Pero si las dos partes están de acuerdo en comerciar en pesetas no podemos impedirlo, es como si deciden hacer trueque", añadió. A finales de junio pasado, el 33,7% de las monedas que había en circulación cuando llegó el euro no habían sido retiradas de la calle, porque son objetos muy codiciados por los coleccionistas.

La iniciativa de la tienda de Alcobendas ha dado lugar a varias situaciones curiosas. Hay gente que se ha acercado al comercio para cambiar euros por pesetas sin comprar nada a cambio. Una mujer acudió hace unas semanas porque no tenían ninguna peseta de recuerdo y quería cambiar 90 euros. Unos amigos cambiaron más de 120 euros en pesetas para "hacer un regalo de boda diferente". Incluso algunas personas han pagado con auténticas piezas de colección: una compró con billetes de 200 pesetas y otra con monedas plateadas de 100 pesetas con la efigie del rey Juan Carlos.

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