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"La sucesión de Fraga va para bastante largo"

Xosé Hermida

"Esto ya me lo preguntaban en 1989 ...", se sonrió Mariano Rajoy para sacudirse la clásica e incómoda pregunta sobre la sucesión del presidente de la Xunta, Manuel Fraga, que le acompañaba, de pie, ante una avalancha de micrófonos y cámaras. Fraga prefirió no meter baza, y la respuesta de Rajoy tampoco se apartó del estricto guión que sigue el Partido Popular gallego desde 1989. "Ese asunto va para bastante largo", aseguró el nuevo líder nacional del partido. "Lo mejor es dejarlo para su momento, que será muy tarde".

Aun con cierta ambigüedad, Fraga insiste desde hace tiempo en que esta vez se jubila definitivamente y que no volverá a concurrir a las próximas elecciones autonómicas, previstas, de no alterarse el calendario, para otoño de 2005, cuando el actual presidente de la Xunta cumpliría 83 años.

Eterno debate

Hasta ahora, el eterno debate de la sucesión era una amenaza latente para la estabilidad del PP gallego, dividido entre los partidarios de Rajoy y los de su gran antagonista, Xosé Cuiña, quien durante años pasó por delfín de Fraga. Pero una vez que Cuiña fue desalojado de la Xunta aprovechando la crisis del Prestige y que José María Aznar ha encumbrado a Rajoy, el margen de maniobra del antiguo delfín se ha vuelto muy escaso.

Aunque el terreno para Rajoy haya quedado expedito en Galicia, las tensiones internas no han desaparecido, como reconoció ayer tácitamente el propio secretario general del PP al tiempo que les quitaba importancia. Los "movimientos", como los había calificado Fraga el día anterior, están vinculados al futuro del secretario regional del partido, Xesús Palmou, quien tras hacer carrera a la sombra de Cuiña acabó estableciendo una estrecha relación política con Rajoy. Según fuentes populares, Fraga había planteado hace tiempo que Palmou debería abandonar la dirección del PP gallego, ya que el pasado abril entró también en el Gobierno autónomo como consejero de Justicia. Palmou, según las mismas fuentes, sondeó hace unos días a los dirigentes provinciales del partido en busca de apoyos para mantenerse en el cargo, una maniobra que irritó a Manuel Fraga. Y pese a que éste y Rajoy aseguraron ayer que no iban a abordar la cuestión sucesoria, dirigentes del PP gallego daban por descontado que sí se ocuparían de la situación interna del partido.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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