_
_
_
_
Crónica:VUELTA 2003 | Tercera etapa
Crónica
Texto informativo con interpretación

El embrollo de los líderes rotatorios

Quim Rodríguez sigue primero pese a que Manolo Saiz había designado a Nozal para el puesto

Carlos Arribas

El gasoil flotaba en la carretera empapada, mezclado con aceite perdido por cientos de camiones, y cuando pasaba el pelotón, arrasando, empapó las finas ruedas de las bicicletas, los tubulares, las zapatas de freno. A partir de entonces, faltaban cinco kilómetros para la llegada -estaban en la autovía-, ningún ciclista pedaleó seguro. Tocaban el freno y patinaban, tomaban una curva y temían caerse. En las calles de Santander, súbitas ráfagas de vendaval agitaban los árboles, que, como si el otoño se hubiera adelantado, dejaban caer sus hojas en el asfalto, donde formaban una película resbaladiza. Tampoco veían mucho los corredores. Las ruedas traseras escupían chorros de agua que les salpicaban la cara, les obligaban a cerrar los ojos, les manchaban las gafas. Hubo caídas. Ningún herido grave. Sólo un grande por los suelos: Óscar Sevilla, raspones, erosiones y contusiones en la cadera y la rodilla. La cosa no estaba para andar calculando. Ni Manolo Saiz, mariscal tras el volante, podía controlar al pelotón desbocado.

Más información
Sprintando

El juego de los líderes rotatorios, el pasatiempo organizado por el director del ONCE-Eroski para amenizar los primeros días de la Vuelta, premiar a sus chavales, ahorrarse regalos de cumpleaños, rendir homenajes a Cantabria y otras tierras de paso y permitir más descanso a Igor Galdeano, se le está revelando como un embrollo generador de malas caras, lo que demuestra que no era tan sencillo como parecía. O que las voluntades de los ciclistas son más autónomas que lo que los jefes desean. O que, felizmente, el ciclismo es más grande que quienes lo manejan. Y Quim Rodríguez -malhumor sorprendente en el podio- sigue de líder.

A igualdad de tiempos -y, virtud de la contrarreloj por equipos, cuatro del ONCE están empatados- el puesto que ocupa cada corredor en la etapa sirve para desempatar: quien menos puntos tenga, o sea, quien acumule mejores puestos, gana. Basándose en ese principio, Saiz pensó el domingo que sería bonito que se pusiera de líder Marcos Serrano porque al día siguiente, ayer, cumplía 31 años. Un fallo de coordinación colocó en el podio a Rodríguez. El elegido de ayer -un canto a Cantabria por parte de un director cántabro- era el cántabro Isidro Nozal. Saiz había transmitido su voluntad a sus muchachos, las radios se habían encargado de repetirlo, todos sabían que el nuevo líder sería Nozal y hasta los responsables del podio corrieron a llamarlo. Chasco. La realidad es a veces rebelde: en medio del caos de la llegada, con el pelotón enfilado por la última caída, Rodríguez dice que frenó para que entre Nozal, el 18º, y él hubiera la mayor cantidad de corredores. Incluso pasaron por delante otros compañeros, como Igor, que también sumaría menos puntos que Nozal. Pero Rodríguez entró el 29º cuando debería haber entrado como mínimo el 32º y, con cara de malos amigos, subió por su segundo maillot amarillo. "Yo no quería, lo juro", protestaba temiendo un tirón de orejas en el hotel; "ha sido una mala sorpresa".

Alessandro Petacchi sí que quería, por supuesto. Además, sabe que las broncas de hotel son pasajeras y que el individualismo a veces es recompensado. Decía el viejo Ferretti, su director en el Tour, que lamentaba haber contribuido a su engrandecimiento cuando ganó cuatro etapas francesas y se bajó de la bici antes de la montaña porque le apetecía. Una semana después tuvo que plegarse a sus deseos y convocarlo para la Vuelta. Antes, en el Giro, el sprinter, que vive su año mágico, había ganado otras seis etapas antes de llegar fuera de control. Ayer ganó en Santander. Después de Miguel Poblet en el 56 y Pierino Baffi en el 58, es el tercero que gana en las tres grandes el mismo año. Y seguirá.

Alessandro Petacchi alza sus índices en un gesto triunfal en la meta de Santander.
Alessandro Petacchi alza sus índices en un gesto triunfal en la meta de Santander.REUTERS

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_